jueves, 17 de julio de 2014

Las ruinas arqueológicas se pueden clasificar en sostenibles y no sostenibles, y como pasa con los amores, la primera categoría siempre está a punto de subsumirse en la segunda.


El que vive en una isla desierta, como Robinsón, no sueña porque podría ahogarse en algún mar durmiente. Afortunadamente siempre hay algún Viernes, real o ficticio, que le acerque un vaso de agua para poder tragar la noche.


Si las pautas de nuestro hablar las rigiera una severa institutriz -secretamente soñadora-, entonces cantaríamos.


Los champiñones y las adicciones se cultivan en la oscuridad y con grandes cantidades de estiércol. Los champiñones, una vez elaborados, se empeñan en cosquillear nuestra mente y nuestros sentidos. Las adicciones, una vez destiladas, dejarán a nuestra mente y a nuestros sentidos en la Casa de Empeños.  

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