jueves, 18 de septiembre de 2014

- ¿Crees en Dios?
- Creo que la Tierra es redonda.
- Pero eso no tiene nada que ver.
- Claro que no tiene que ver, las creencias nos hacen estar en el mundo, como decía Ortega, y creer en Dios no nos hace precisamente estar en el mundo.
- ¿Como que no?
- Es que creer en Dios es un órdago, es la apuesta de Pascal (si crees en Dios lo ganas todo, y si no existiera, no has perdido nada), que, para un no creyente, es la fuga del mundo hacia la nada.
- ¿Como que hacia la nada?
- Para alguien que no cree Dios es un sonido sin referencia alguna, sólo vagas ensoñaciones a lo sumo.
- ¿Qué sabrás tú de Dios?
- ¿Y tú? Eso es lo que me aterra. Pensar que si no eres un pirado, hay una experiencia básica para ti que se me escapa, como si viviéramos en mundos diferentes. Y eso es precisamente lo que pasa.
- Ten cuidado, estás cayendo en la apuesta de Pascal.
- Sí, le estoy haciendo el juego. Hum, ¿sabré hacer trampas

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