martes, 23 de diciembre de 2014

El cuerpo se rige por homeostasis, pero la homeostasis del espíritu dice que ganamos estabilidad interna cuando nos desilusionamos y la perdemos cuando nos ilusionamos. El globo sube cuando pierde lastre y baja cuando lo gana. Y se pincha y desgarra cuando amamos. La vida real es puro egoísmo. Por lo que hablar de "vida espiritual" viene a ser, las más de las veces en nuestra diaria experiencia, una contradicción en los términos.

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