martes, 23 de diciembre de 2014

Los años y los melones rara vez son dulces y jugosos como deseas. El problema son todos los años del melonar que has tenido que desechar hasta conseguir el deseado. Pero para cubrir el expediente está la memoria que te permite ser selectivo sin necesidad de perder -o ganar- nada material. Así cuando echas la vista atrás puedes dedicarte a la cata de los años idos, clasificándolos en mejores o peores y poniéndoles la etiqueta que prefieras. La memoria sólo renquea cuando se encuentra con melones sin abrir o años todavía no vencidos. Pero algo hay que dejarle a la vida...

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