jueves, 10 de septiembre de 2015

La longitud máxima que media entre el ayer y el mañana podría ser el equivalente a que nuestros bisabuelos o tatarabuelos prendieran el interruptor de la luz en una habitación a oscuras; eso sería para ellos la súbita irrupción de un parque de atracciones en imagen congelada.

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