lunes, 28 de septiembre de 2015
domingo, 27 de septiembre de 2015
La secuencia de ignición se inició al levantar la mano para preguntar al
orador de esa noche sobre las terribles consecuencias de la guerra
intestina entre significante y
significado (tengo mi vena dramática, qué le vamos a hacer). En un
rápido encadenamiento, un fogonazo de electricidad estática recorrió mi
brazo alzado como un pararrayos y fue a dar a los ojos del
conferenciante, lo que dio comienzo a una segunda secuencia de ignición.
Entrelazadas como las dos guías de una secuencia helicoidal de ADN,
dieron lugar a noches, y noches y más noches de otros tantos días de
nuestras ya plausibles vidas.
viernes, 25 de septiembre de 2015
jueves, 24 de septiembre de 2015
miércoles, 23 de septiembre de 2015
La era clásica de las hetairas fue el primer momento en que la mujer
accedió a la parcela más prístinamente masculina: el pensamiento. En
nuestros días, la prostitución de calidad, tanto masculina como femenina
atrae como un sol brillante y de fuerte campo gravitatorio a todos los
que vemos cómo, al aunar placer y conocimiento, se da lugar al ideal
platónico de conocimiento trascendiendo el ideal de virtud cristiana. Lo
que da lugar a la irrupción del futuro en nuestras mentes y cuerpos.
Generalmente, los adeptos y adeptas a esta forma de prostitución elevada acaban por trascender ese momento de sus vidas, cuando dirigen su fuerza creadora en otras direcciones. Una estrella potente les ilumina y ayuda a mostrar el camino a su entorno.
Si eres de los afortunados que los han encontrado en su camino agradéceselo al destino y cuida tu dicha.
(Del palimpsesto del Nuevo Origen conservado en la Hetairópolis. Versículos 116 a 123)
domingo, 20 de septiembre de 2015
Los que tendemos a ser generadores, en alguna medida, de pensamientos
generalistas, corremos el riesgo de descuidar el detalle. Tenemos que
prestar más atención, a defecto de convertirnos en grandes desdeñosos.
(Rótulo que campa sobre la puerta de mi retrete imaginario, allí donde descarga el maquinista de lo general).
(Rótulo que campa sobre la puerta de mi retrete imaginario, allí donde descarga el maquinista de lo general).
sábado, 19 de septiembre de 2015
Un apunte de vida urbana
El remolino crecía absorbiéndolo todo
a su paso. ¿Sería éste el titular del periódico del día de autos? Jaime
recordó otros momentos en que le pareció desfallecer, eran tantos,
restringió la búsqueda a los últimos meses, más resaltados. Se dio
cuenta de pronto del estado de semi-inconsciencia en que se hallaba por
el tenor de estos pensamientos. ¿Pero qué iba a ser público y publicado
su suicidio? O su caída a los abismos del remolino...¿de su vida?
Jaime se incorporó y vio a lo lejos, a través de la ventana, el tren que cruzaba el camino de las siete y media. ¿Y a qué hora me acosté? No lo recordaba con claridad. Sólo sabía que la tarde anterior, deambulando con Juan, habían desarrollado un psicodrama en el cual él se llevaba la peor parte. Juan se había marchado tan ufano a hacerse una tortilla a las finas hierbas, había dicho. Y Jaime volvió a su casa con ganas de engullir la parca despensa de su hogar para rellenar el vacío que le había dejado la conversación.
Cuando se pesó en su báscula, como todas las mañanas, ¡albricias! ¡Un kilo menos! Regalos como aquel no caían del cielo todos los días...Su humor cambió repentinamente, recompensado por el destino y el metabolismo. Amarró ese estado a pensamientos positivos y salió de casa hacia el trabajo con el libro de relatos en la mano. Digna lectura para un viaje en metro, pensó.
Y se adentró en la boca de fauces bien abiertas. “El tubo digestivo de los infiernos”, y él saldría expelido en su estación correspondiente. Se concentró en la lectura y alcanzó a terminar un relato. Con media sonrisa en los labios emergió a la vida exterior de aquella plaza deslavazada.
Ahora llegaba lo mejor, seguramente, de la jornada, el dulce tránsito a través de las zonas avaramente ajardinadas, en la mente del urbanista, pero que le dejaban un muy grato sabor de boca. Saludó mentalmente a los gatos, los árboles, los pájaros de varias clases que se sucedían en pocos metros. Cuando entró en el recinto, el remolino enjundioso más próximo se hallaba a cientos, cuando no a miles de kilómetros de allí. No se volvió para no oír cantar a todos los pájaros a coro el dies irae.
Jaime se incorporó y vio a lo lejos, a través de la ventana, el tren que cruzaba el camino de las siete y media. ¿Y a qué hora me acosté? No lo recordaba con claridad. Sólo sabía que la tarde anterior, deambulando con Juan, habían desarrollado un psicodrama en el cual él se llevaba la peor parte. Juan se había marchado tan ufano a hacerse una tortilla a las finas hierbas, había dicho. Y Jaime volvió a su casa con ganas de engullir la parca despensa de su hogar para rellenar el vacío que le había dejado la conversación.
Cuando se pesó en su báscula, como todas las mañanas, ¡albricias! ¡Un kilo menos! Regalos como aquel no caían del cielo todos los días...Su humor cambió repentinamente, recompensado por el destino y el metabolismo. Amarró ese estado a pensamientos positivos y salió de casa hacia el trabajo con el libro de relatos en la mano. Digna lectura para un viaje en metro, pensó.
Y se adentró en la boca de fauces bien abiertas. “El tubo digestivo de los infiernos”, y él saldría expelido en su estación correspondiente. Se concentró en la lectura y alcanzó a terminar un relato. Con media sonrisa en los labios emergió a la vida exterior de aquella plaza deslavazada.
Ahora llegaba lo mejor, seguramente, de la jornada, el dulce tránsito a través de las zonas avaramente ajardinadas, en la mente del urbanista, pero que le dejaban un muy grato sabor de boca. Saludó mentalmente a los gatos, los árboles, los pájaros de varias clases que se sucedían en pocos metros. Cuando entró en el recinto, el remolino enjundioso más próximo se hallaba a cientos, cuando no a miles de kilómetros de allí. No se volvió para no oír cantar a todos los pájaros a coro el dies irae.
viernes, 18 de septiembre de 2015
miércoles, 16 de septiembre de 2015
martes, 15 de septiembre de 2015
lunes, 14 de septiembre de 2015
viernes, 11 de septiembre de 2015
jueves, 10 de septiembre de 2015
lunes, 7 de septiembre de 2015
A correa rota de perro, todo son liendres. O al revés, las causa-efecto
con ellos siempre tienen algo de imprevisible. Por ejemplo, cavar la
tierra compulsivamente no indica para nada la proximidad de un tesoro
canino. Pero que te laman compulsivamente en la cama sí es un tesoro.
Resonancias...cósmicas? Reciben señales de seres que no podemos
percibir? Realidad o fantasía, para un amo contento...todo son perros.
(Y para los acompañantes también).
sábado, 5 de septiembre de 2015
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