martes, 12 de julio de 2016

Hoy es san Francisco, que fue fraile durante casi toda su vida, era esclavo negro liberto y tenía swing, y montaba unos pifostios en el convento de padre y muy señor mío (de ahí lo de Fra n´ cisco). Naturalmente, con estas bendiciones, san Francisco nunca optó al priorato y se pasaba las horas muertas barriendo el refectorio y otras estancias monásticas. En sus levitaciones místicas no le acompañaban aleluyas angelicales sino ritmos endiablados de jazz y blues que, ciertamente, todavía no se llamaban así pero que tenían su público, sobre todo entre los novicios. Cuando murió, unos franceses disfrazados de druidas que pasaban por allí, le enterraron sobre una piedra solar que empezó a emitir destellos psicodélicos y pop art hasta la desamortización de Mendizábal, momento en que unos ingleses avispados se llevaron la piedra, con santo y todo, a Sotheby´s, donde alcanzó un elevado precio como disco de gramola.

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