jueves, 17 de agosto de 2017

El olor a verano en una terraza, en el sur de Europa, es la verdad del verano. Aunque esté en el centro de una poblada ciudad. Da igual. Ese olor, decenas de veces macerado, de mediados de agosto, es el que nos hace volar al litoral más próximo, aunque esté a 400 kilómetros. Y hay que dar gracias, mil veces, a quien te ha invitado a salir de casa para visitar esa terraza.

Y así, una hamburguesa se convierte en caviar beluga o en un asado criollo, mejor. Humilde pero verazmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario