lunes, 30 de octubre de 2017

No sabían cómo sintonizar aquel canal de televisión. La mano de la mayoría de los mortales no permitía trazar signos cabalísticos sobre el mando a distancia. Pero como la ignorancia es osada, algunos, muchos, lograron dar con este. La información meteorológica se pavoneó como siempre y emitió un sonoro kikiriquí que resonó en las meninges y en las nubes en varias millas a la redonda. Aquella tarde llovió.

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