viernes, 17 de noviembre de 2017

Si pagamos nuestra libertad con cada día que pasa, eso significa que al morir redimiremos nuestra condena. Esa podría ser en síntesis la visión judeo-cristiana de la vida humana. ¿No sería mejor plantearnos tener un epitafio digno pero conciso y no tener que labrar en él los trabajos y los días? Si pagamos con unas horas, pongamos por caso, transformamos todo el resto de nuestro tiempo en cheque al portador de sosiego, paz e ilusiones. ¿Y la muerte? Bien se lame sola.

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