domingo, 30 de diciembre de 2018

Somos lo que no queremos ser...bastantes veces. Y entonces, la probabilidad de ser feliz tiende a cero? No, pues he conectado la máquina del tiempo y he avanzado unos cuantos años...Acabo de incrementar sustancialmente la probabilidad de ser feliz.

sábado, 29 de diciembre de 2018








El aleteo

El ritual de apareamiento del águila calva ha comenzado. Son los preliminares de la secuencia y el macho está sacándole rendimiento a su fina capa de grasa corporal que le permite empotrarse grácilmente contra las defensas de su hembra.

Seguro que son las cosas del querer, pero verde que te quiero verde...

Encontraron unos polluelos junto a unos restos de huevos en el nido de la pareja felizmente empotrada.

La potencia de tiro no permite abrigar grandes esperanzas sobre la suerte que corrieron, allá por las montañas.

¿Qué hacer?

Enfangarse en los bordes de la charca y hacer de tu capa un sayo...

Sólidos, se agarran a la cadena trófica y empujan, empujan...

Sabias decisiones les han conducido hasta aquí, por más que no vuelen, todavía, no encontrarán la solución a sus cuitas sin perder algunas plumas de su bello plumero.

Los polluelos todavía, quizá, no lo saben, pero sus progenitores van a tardar más de la cuenta en volver.

El nido se ha quedado huérfano, habitado por las tiernas crías que graznan con algo de estupor y un poco más de desespero.

¿Sabrán los riesgos que corren, solas? ¿Se imaginarán por un momento los peligros que las acechan?

Pero pronto les sonreirá la suerte. Su madre aparece en lontananza con un peso que promete entre sus garras.

Las crías se salvaron, por esta vez. Pero que no haya corrido la sangre, salvo la de la presa, no quiere decir que sus pruebas hayan terminado.

Poco a poco van desarrollando plumaje, musculatura y tonicidad en sus extremidades. La vista se aguza y el olfato, también.

El verano avanza y pronto llegarán los primeros fríos otoñales.

¿Quién salvará a quién? Ese es el dilema cósmico que aletea sobre esta breve historia de unas aves y sus crías, en agraz.

Conocer el resultado, juego a tiempo parcial en todo caso, es cosa de interés para los protagonistas, pero no tanto para nosotros, meros observadores, a distancia y protegidos por toda una capa de irisada civilización.

Faites vos jeux!”, sólo le faltó gritar al croupier de este gran juego.

Algunas veces, la muerte es el único medicamento y la vida es un placebo. Prescríbete vida, y vive sin morir en ti!

viernes, 28 de diciembre de 2018

A veces sueño que vuelvo al hospital (estuvieron cerca de amputarme una pierna). Las noches, sobre todo, aunque el internamiento no se prolongue más allá de doce o catorce días, son mil y una noches, de una Scheherezade mala. Ella también tiene que evolucionar al bien que está al cabo de sus relatos. Sus noches, porque son las tuyas, vuelven una y otra vez, en una constante expectativa de mejora y cambio. Regeneración. No sólo física sino también moral. Porque un hospital es sobre todo el sanatorio de las almas.

jueves, 27 de diciembre de 2018

¿Si el amor contiene -frena- al deseo, el deseo contendrá al amor? Más bien circularán ambos por ambas vías. Pueden formar un sistema hidrostático. Lo que es seguro es que el elemento de que se trata es líquido.

domingo, 16 de diciembre de 2018

El lenguaje se comporta como si fuera el dueño de la llave que abre y cierra la vida humana. Nada podemos hacer sin él y él sólo existe porque somos. Simbiosis? Puede ser. Pero hay una trampa y es que nada hay fuera del lenguaje. Ni siquiera pensamiento...Eso quisiera él. Él, como si fuera el amante, la bestia armada que nos seduce, y acaso no es así?

jueves, 13 de diciembre de 2018

"No hay casualidades"...Entonces todo es narración. Ya ha pasado, en algún plano de la realidad. Es rememoración y está dotada de algún sentido. Es una forma de reintroducir a Dios o la divinidad, de rondón. Pero un Dios que no es libre, pues está atrapado -¿poseído?- en su narración. Y por tanto, no siendo libre no nos puede dar la libertad tampoco (al menos como emanación de su Ser). Seguro que Freud se daba cuenta de lo que con su frase decía, porque él era Dios.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Si el egocentrismo fuera un contacto de facebook, sin duda escribiría de amor o postearía gatos, pero no levantaría el dedo para hablar sin parar del único personaje importante de su vida. A no ser que tuviera un trastorno psicológico serio.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Cuida de lo tuyo y no leerás por la calle, como al azar, "el desdén con desdén se paga".

viernes, 30 de noviembre de 2018

La lotería es al Estado un atributo de la monarquía absoluta. Fue durante el despotismo ilustrado, a finales del XVIII, cuando se instauró esta forma de juego. El Estado sigue siendo el Leviatán de Hobbes, adaptado como mucho al homo ludens contemporáneo, que tiene por lema "Si las cosas te resultan fáciles, no desconfíes demasiado: quizá es que te estás divirtiendo". Y así evita verse reflejado en el espejo del paso de la Historia.

martes, 27 de noviembre de 2018

Si eres generoso, podrás tirar alguna piedra contra tu propio tejado. Si eres valiente, subirás a repararlo.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Hacer cosas sin pensar es como jugar a una ruleta trucada: la banca siempre gana. La banca, suprema entidad omnímoda, de la que podemos aprovecharnos haciendo un agujerito con un berbiquí en su caja de caudales para que mane una chorrillo de sensaciones aleteantes que quizá, puede que nos lleven en volandas.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Si se trazase un canal por la geometría de la sinrazón, las travesías serían imposibles debido a las constantes tempestades. Por eso un punto -en tal geometría- equivale a sembrar un acto de fe, pero la locura frígida y aleve lo embargaría pronto y se escindiría en dos o en infinitos puntos. Y así, vuelta a empezar.

lunes, 19 de noviembre de 2018

El secreto de Rossini (Sabéis? El secreto de su música está en ocupar todas las oquedades del silencio para colmatar la sensibilidad y así lograr que su música inficione fácilmente nuestro cuerpo)...


Y el de Cherubini (la acentuación, tan dramatizada -para los cánones de su época-, que acuchilla y recorta el tejido auditivo, si lo hubiera, en fantásticos bordados)...


Se mezclan inextricablemente en mi imaginación. Pero, a cada uno lo suyo.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Cuanto más breve pueda hacerse la semblanza de una persona (hasta la banalidad, si es preciso degustarla), mayor fidelidad tendrá su epitafio (que puede trazarse al final de cada día). Y en el corazón de los vivos, incluido él mismo mientras lo sea, quedará como un ser importante y foco de atención. Pues la buena conjugación entre semblanza y epitafio garantiza la menor difuminación posible de una vida, lanzada como saeta, certera y no desviada, hacia la diana nuestra de cada día.

viernes, 16 de noviembre de 2018

La vida se retuerce como una serpiente que se mordiese la cola y formase un cero que, redondeado, girase y girase por los campos. Su mejor destino sería toparse con otra rueda que viniese por el camino para formar un ocho recostado, símbolo del infinito...

domingo, 11 de noviembre de 2018

La tonalidad de fa mayor expresa nuestros mejores sentimientos, entre ellos, el amor. Bach tiene, en su correlativo tono menor, el re menor, la Tocata y Fuga para órgano más famosa del mundo, esa que todos conocemos. El re menor es muy adecuado para expresar devoción y piedad. Creo que la confianza es lo que uniría esos dos modos mayor y menor, pues cuánto más se confía, mejor se ama, aumentando la devoción y la piedad por la persona amada. Y eso es lo que expresa la música, pues el paso sin discontinuidad entre el modo mayor y el menor se hace en la plena confianza de que el auditor no sentirá ninguna disrupción o choque sentimental que altere su escucha.

https://www.youtube.com/watch?v=ho9rZjlsyYY

sábado, 10 de noviembre de 2018

- Si tienes suerte serás viejo.
- ¿Suerte? Yo diría que si me aburro lo suficiente llegaré a viejo.
- Depende de cómo lo veas.
- Sí, pero, ¿y si le echo unas risas a la vida? ¿Moriré en el empeño?
- No creo, seguramente, de todas, todas, llegues a viejo.
- Matusalenes del mundo, uníos.
- Va para largo, sí...
- Pero yo no quiero...
- ¿Qué?
- Morir en el empeño.
- Amigo, es un juego ineluctable.
- Sí, y si juego bien, me tumbaré para no dormir.
- Dormir...sin duda.
- Anda, no seas pesado y déjame dormir. ¡Buenas noches!
- Buenas noches (y apagó la luz).
Poco después ambos dormían, pero soñaban sin estar del todo despiertos.

lunes, 5 de noviembre de 2018

La estupidización e infantilización generalizadas son la norma para este capitalismo de deglución, más que líquido. Es una papilla, compuesta de múltiples ingredientes, convenientemente molturada y triturada para que pase por todos los gaznates sin esfuerzo. Esto es importante, la minimización del esfuerzo, el minimalismo de la actividad. Porque, en principio fue la Acción, y luego el Verbo, ...y luego la papilla.

domingo, 4 de noviembre de 2018







La papilla

La estupidización e infantilización generalizadas son norma para este capitalismo de deglución, más que líquido. Estamos ante una carrera de armamentos en la que las armas pesadas son cientos, si no miles de elementos diversos de la vida diaria, reunidos bajo una misma y extraña forma.

Molturados y triturados, forman una papilla que resbala mejor por cualquier gaznate. Se reúnen formando un vector que tiende a discurrir garganta abajo de todos y cada uno de los que conformamos la globalización económica.

Anteriormente, la vida había discurrido por sus cauces inmemoriales, de renuncia, de sueños, de esfuerzo y de escasez. Pero ahora, todo es deglutido fácilmente a mayor gloria del capitalismo felizmente reinante.

No queda nada fuera del sistema, cubre todas las áreas, políticas, económicas, culturales, sociales. Todo se ha economicizado y tasado, reduciéndose a papilla.

No deja de ser paradójico que en el momento de mayor bienestar mundial en términos absolutos, todo se vaya literalmente, por el desagüe. Todo fluye en catarata, cuerpo abajo de cada uno de nosotros.

Y para mejor facilitar la operación, la transposición psicológica del sistema fisiológico-económico es la cada vez mayor estupidez e infantilismo que aquejan a los habitantes del globo.

No se podía esperar otra resultante de la disminución en cascada de los riesgos vitales, y dificultades para insertarnos en el sistema. Con todas sus características de adelgazamiento económico de las clases medias y bajas occidentales. ¿Qué otra cosa se puede esperar de semejante diarrea continua?

Psicológicamente hablando, nos hallamos en el mejor de los mundos posibles, provistos todos de instrumentos de control y adecuación ideológicos, en forma nudamente individual. Sí, me estoy refiriendo a los teléfonos móviles.

En sueños no renunciamos a nada, y vivimos en vigilia en un mundo de ensoñación perpetua, los mundos virtuales. Somos así, felices. Si materialmente, como ya he dicho, puede haber carencias, eso no importa para el durmiente.

La papilla se desliza lenta y fluidamente garganta abajo. Se miniminiza el esfuerzo, se minimaliza la actividad. Esto es importante para poder seguir durmiendo.

Si en el principio fue la Acción, y luego el Verbo, ahora es ...la papilla.






sábado, 3 de noviembre de 2018

Recorriendo los solitarios pasillos de un hospital, de noche, tras salir de tu habitación en una expedición en busca de una lejana máquina expendedora de tu golosina favorita en aquel momento, sientes que comprendes el mundo y su funcionamiento. 
Es volver a la infancia exploradora pero con muchas características del estado adulto incorporadas. El mundo se cierra sobre sí mismo, acogiéndote cálido, y al tiempo sientes la responsabilidad derivada del hecho de que has sufrido un grave percance y te encuentras asumiéndolo y superándolo.
Sí, mi estancia en el hospital fue una doble llamada de atención, hacia el niño que todavía llevo dentro y hacia el futuro circunstancialmente despejado de incertidumbres.
(Cuando salí y terminó esa experiencia estuve mucho tiempo vagando en derredor de mi mismo, desorientado y sin música interior. Comprendía que aquello no hubiera podido durar mucho más, pero me hacía darme cuenta del extraño mundo que había ahí fuera).

martes, 30 de octubre de 2018

La criogenia quizá no nos permita nadar y guardar la ropa, pero sí que, al bajar la temperatura, nos hace soñar un sueño eterno, tan antiguo como los dibujos animados de Mickey Mouse, y si no, que se lo pregunten a Walt Disney.

sábado, 27 de octubre de 2018

A mayor sensación de molestar, con la menor molestia objetiva, mayor lucidez mental. O bien mayor estado de neurosis. Escoja usted si es que no es coja. Lo que está claro es que un mayor retorcimiento del alambique no garantiza una mejor destilación.

martes, 23 de octubre de 2018

Los problemas se pueden resolver por disolución y aspersión. Para la primera fase, hay que milimetrar la dosis de disolvente, porque si no, se puede ir la felicidad también por el desagüe. Para la segunda fase, basta con abrir el grifo del agua.

jueves, 18 de octubre de 2018

El presente es la sombrilla del futuro. Le da la sombra que necesita para que prosperen los champiñones de la incertidumbre.

lunes, 15 de octubre de 2018

Reforzar los arbotantes es la señal de que la catedral está a punto de sumergirse en el olvido.

domingo, 14 de octubre de 2018

 
Confesión

La situación atmosférica vital amenaza galerna religiosa. Siento que puedo desarbolarme fácilmente, a poco que mis creencias sean zarandeadas en una u otra dirección.

¿Habrá llegado el tiempo de mi conversión, de mi caída del caballo camino de Damasco?

Supongo que mi deriva va a ser mucho menos dramática que todo eso. Pero siento desde hace un tiempo que voy bogando en una dirección más determinada.

Durante años fui un anti-teísta furibundo e intransigente. Prueba de ello es parte de mi Breviario de claridades, libro de aforismos filosóficos no publicados. Y algo de eso hay también en Salvavidas para un instante, mi libro de aforismos literarios.

Más adelante, fui dulcificándome con el paso de los años y la pérdida consecuente de flexibilidad motora y quién sabe si cognitiva.

Ahora, siento que no estoy tan alejado de ciertas afinidades religiosas católicas, siempre que no me sean presentadas de forma dogmática.

He de reconocer que siempre, desde niño, tuve una debilidad por lo religioso impropia de mi racionalismo intelectual oficial.

Asistía a misa desde los últimos bancos, en la parroquia cerca de mi casa, Santa Gema. Eso fue cuando tenía once o doce años, y fui durante bastantes domingos antes de volver derrotado por mi propia inanidad.

Mis padres no son religiosos, y yo no recibí una educación religiosa. Bueno, hice la primera comunión, pero después nada y así sea. No volví a pisar una iglesia desde los seis años hasta los once.

Mi afición por la música clásica me condujo, naturalmente a la escucha frecuente de Misas, Motetes, Tedéums y Oratorios. Pero tomaba la cuestión religiosa a beneficio de inventario. Era música y punto.

Cuando de tanto en tanto entraba a una iglesia, convento, monasterio o capilla, en visita turística, no dejaba de sentir cierta paz espiritual, tan propia de esos lugares. Pero yo siempre la asociaba a la nada interior que me conforma.

Y vertía esa nada en las alturas, para lograr un trasunto de infinitud celestial y religiosa. Como si el hombre existencialista fuera un dibujo o un mapa de los accesos a las puertas celestes.

Como decía mi tío Diego, yo siempre fui un homo religiosus. Aun a pesar mío.

Y hora es ya de ser un poco más consecuente, y empezar a redirigir mi espíritu hacia regiones más proclives con esa tendencia mía.

El hombre sin atributos está empezando a encender velas por la salvación de otros y la recuperación de la salud moral y no moral de quienes, empezando por mi mismo, corren riesgos vitales por el duro hecho de vivir la vida, día a día.

sábado, 13 de octubre de 2018

Un hospital es un contenedor de tiempo. Un gigantesco reloj de arena que va vaciando la vida contemplativa del buen paciente ingresado por un lado, y que se va llenando por el otro de los retazos y jirones que se va dejando (el mismo paciente). De suerte que la resultante es cero, el equilibrio. Así, el hospital es una inmensa campana de cristal que aísla a su contenido del exterior, alcanzable solo por unas pequeñas puertas de cristal automáticas. Válvulas de vacío perfecto, que sirven para expulsar al sano y recibir al nuevo ingreso. Pero el tiempo del hospital es el de un vals interminable.

sábado, 6 de octubre de 2018

El sudor del final de verano nos prepara para los catarros, resfríos y constipados de cambio de estación, que son, a día de hoy, las señales más fiables de la llegada del otoño meteorológico, que ya casi nunca coincide con el astronómico. Esperamos a la vuelta de la esquina, el recuerdo vírico y bacteriano de nuestros cuerpos ancestrales, que nos han constituido y ya no son, pues las cepas mutan de año en año. No nos resfriamos dos veces en el cuerpo que nos mueve. Somos nómadas de nuestros cuerpos, y así, un año más.

jueves, 4 de octubre de 2018

Dar el pistoletazo de salida para cualquier evento o condición lleva a una profecía autocumplida, puesto que la muerte siempre detiene la bala (si apuntas bien, amigo asesino). Y así, siempre volvemos a alguna casilla de "salida" (sea en este, o en cualquier otro Universo que tengas a mano).

miércoles, 3 de octubre de 2018

Las puertas que separan al recinto del hospital del exterior son la linde entre dos mundos: el del tiempo de baile, de vals lento, como no, y el mundo sin amparo de la calle nuda. Dentro, el cálido y confortable aleteo del enfermo interno en sus ensimismamientos, y fuera, el tráfago atroz y despiadado. La luz lechosa y la luz acerada. Las puertas...¿de algún infierno o del Infierno sin más?
El recuento de las bajas en la batalla no se pudo llevar a efecto, ya que no había autoridad arbitral neutral dado que la legación de la Cruz Roja izó por equivocación el pabellón suizo y nadie de aquella comisión se pudo sentir amparado pues dio la casualidad de que ningún ciudadano suizo formaba parte de aquella delegación.

domingo, 30 de septiembre de 2018







La conferencia

El relato completo no tiene otra base que la locuacidad diarreica de los conferenciantes, siempre enzarzados en discusiones, si no bizantinas, sí al menos algo abstrusas.

Se separa de cualquier pormenor al uso la continuidad en la narración, que deviene así propiamente dicha, inane y falaz.

La construcción completa recaba mucho de sus andamiajes de la tabula rasa practicada por los conferenciantes, pues es sabido que, cada sucesiva intervención se inicia en el vacío, al no hacer el menor caso de las precedentes.

La forma correcta de tomar el rábano por las hojas es al dente, pues de cualquier otra forma resulta o bien coriácea, o bien nauseabunda.

Así, el relato se inicia y prosigue luego a trompicones, como en sucesivas arcadas de comensal mal enseñado (y peor dispuesto).

Hay aleluyas y plácemes mal dispuestos y peor entendidos, no podía ser de otro modo dadas las bases en que se asienta.

La combinación de todas las onomatopeyas y concursos de ideas, mezcladas de consuno, provoca el asqueo y disgusto de cualquier oyente o lector.

Sabido es que la lectura pormenorizada de las actas de la conferencia a nadie se le ha ocurrido, ni creo que a nadie se le vaya a ocurrir.

Sabemos que, muchas veces, se tomó la parte por el todo, y el todo es una argamasa de tal densidad gramatical que difícilmente se podrá trocear o tomar en porciones digeribles.

No se resolvió en ningún asunto, ni en ninguna entrada, como era de esperar. Pero, eso sí, los traductores simultáneos estaban contentos. Les daba tiempo hasta a degustar sopas minestrone durante su ímproba labor.

La duración de la secuencia de actos es incontrastable y el espectáculo a que dio lugar tuvo efectos inenarrables, por el derecho y por el revés.

Poco a poco, la marea alta de la locuacidad dio paso a la marea baja del sopor y hasta del sueño sobre los atriles de los conferenciantes.

Así, se declaró match nulo por la incomparecencia en vigilia de todos y cada uno de los presentes.

Las consecuencias para la paz mundial fueron contundentes e inmediatas. Se declaró, en ausencia de contrincantes, la paz perpetua en todo su vigor y extensión.

(Se hizo un molde en yeso de la sala de conferencias y su contenido para dar cumplida constancia de lo ocurrido, sin parar mientes en desgracias coyunturales y personales de los ya caídos y yertos en acto de servicio, conferenciantes)

sábado, 29 de septiembre de 2018

Como el doble no era de su agrado, le dejó en la calle llamando a la puerta de su casa. (Evidentemente, sabía donde vivía). Siguió dos puertas más allá y, desde luego, era la morada de su doble. "Magnífico negocio", pensó, "no tengo más que morir para penetrar en la paz de mi doble". Y así, ¿qué pensáis que ocurrió? Efectivamente, el doble, que seguía a la puerta de su casa, por fin pudo entrar y continuó con su vida en sosiego y contento.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

El hospital es el monasterio que requiere pagar el peaje de declarar una enfermedad. Se demanda el acto de fe de creer que transitar por una enfermedad puede hacer remontar el rumbo de tu vida.

jueves, 20 de septiembre de 2018

La amistad es la sinceridad que no hace daño entre dos personas. (También puede provocar cosquillas emocionales entrambos, en cuyo caso lo mejor es sonreír o reír).

lunes, 17 de septiembre de 2018

Cómo un ovejero extendido en el envoltorio del pienso para perros puede llevar a engaño y decidir, que, decididamente, esa no es la bolsa que les compro siempre. El ovejero no se movía a 24 imágenes por segundo para darme la impresión de que corría detrás del pienso y que, ese paquete no iba a ser, decididamente, para mi. Así que volví a la tienda, rehice mi imagen mental del susodicho ovejero y, esta misma tarde, he salido triunfante del establecimiento con la retina hecha polvo pero con el polvo de estrellas, el pienso, a cuestas para mis perros preferidos.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Revertir un proceso es el sueño secreto de la Diosa entropía, que tiene mala conciencia.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Si quieres que salte la banca de tu casino mental, prende un fósforo mientras intentas resolver, mentalmente, unas ecuaciones diferenciales. Si lo intentas en serio, a la tercera línea, saltan fuegos artificiales.

martes, 11 de septiembre de 2018

A pesar de las apariencias, el equilibrio del loco casi siempre es más inestable que el del cuerdo. Tensándola, casi nunca se rompe la cuerda, mejor es cortar.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Adelina, Asistida, se convierten facilmente en seguridades de la memoria para acaparar nombres poco habituales de mujer...eso si, roban espacio y son como cookies que tienen que borrarse regularmente, con el peligro de dejar en blanco a mas de uno. Y las tildes que desaparecen misteriosamente, nos haran pensar en trampas del escribidor? O seran signos del lenguaje que, esperemoslo, perduren en la memoria?

sábado, 8 de septiembre de 2018

Si la baldosa está suelta, pisas sobre seguro la eternidad inmobiliaria. Y qué me importa?, dirás tú. Pues eso.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

¿La sensualidad es una sexualidad problemática? Si fuera así, deberíamos hacérnoslo mirar. Principalmente, el ombligo.

domingo, 2 de septiembre de 2018





 

La conciencia de la lucha

En los días que vivimos, tal parece como si la libertad democrática fuera considerada como un salvoconducto para establecer una relación entre iguales que se reconocen el derecho a atacarse sin piedad, aunque con la ilusión inconfesa de no sobrepasar el límite de la destrucción de su mutua igualdad.

Esa ilusión vana del sumo igualitarismo es la que conlleva la pérdida real de la libertad.

La forma que tiene la igualdad es la de la cara y la piel de cada cual, extrapolada a millones de copias en un estándar universal.

Porque es de la máscara contra la máscara, la auténtica lucha sin piedad que se establece.

Y ese azuzarse contra viento y marea y en proporciones pírricas, implica la falsedad de la violencia, el juego con la violencia que es peligroso, por cuanto la banaliza y la vuelve aparentemente intrascendente.

Es como si jugásemos a debatir mediante polichinelas de trapo nuestras diferencias y a machacar a los contrarios hundiendo el palo en el mullido trapo ajeno.

No sirve la conciencia del otro, pues sería una conciencia de relleno de paja, para atenuar los estragos de la lucha.

Tampoco se pretende que cese en algún momento el combate. Pues jugamos a combatir, no es cierto?

Y no, no lo es.

El juego tiene lugar en los centros de decisión sociales y de poder auténticos, limpios de polvo y paja. Que los contendientes aparenten ocultarse tras muñecos da lo mismo.

El combate tiene lugar y hay siempre damnificados.

Si no se llega a sobrepasar el límite de la destrucción de la mutua igualdad, no es porque no se intente, sino porque está en la lógica de la situación.

Que no es otra que la de la pérdida de la libertad. Ese es el contexto auténtico de la lucha.

Somos contendientes cautivos de nuestra propia ilusión de igualdad. Y ese cautiverio nos pasa factura.

Aparentemente, sirve para limitar los desperfectos de la contienda, pues, al no ser libres -de jugar como realmente nos plazca-, estamos constreñidos a hacer ver que jugamos, en cierta medida, a darle caña al muñeco.

Pero flaco favor nos hacemos, si esa falta de libertad, instila una falsa igualdad en la lucha.

A veces arquemos las cejas, metafórica o realmente. Más nos valdría hacer rechinar los dientes.
Las creencias, p.ej. la creencia de que la tierra no se va a hundir bajo mis pies, son adictivas y su uso una forma de drogadicción en la que todos caemos. Pueden llegar a ser letales, p.ej. la creencia de que puedo caminar sobre las aguas, pero normalmente tenemos un regulador interno que nos permite bandearnos adecuadamente entre creencias y realidades, siendo así su consumo inocuo.

martes, 28 de agosto de 2018







“El deseo viste de verde” o el aliento cálido y fugaz de una mujer

“No hay notas, hay pentagramas”, este dictum que bien podría haber proclamado el insigne Juan Sebastián Mastropiero, me recuerda que la sinestesia no es una leyenda urbana.

Y que la buena combinación de música y literatura, por ejemplo, ha dado y dará, grandes frutos.
“El deseo viste de verde”, de Ana Bustamante, podría ser un ejemplo, si no de mezcla de sensorialidades, sí de engarce de buenos dibujos en el aire con volutas de...humo de cigarrillo?

La autora de esta recopilación de relatos sabe deshacer los intríngulis de la madeja femenina, y bien que lo sabe...

A estas alturas de principios de siglo no es mala cosa, no, no lo es, declarar a una autora como conocedora del decurso y devenir de las andanzas del deseo femenino.

Una forma breve de conjunción -¿cópula?-. Eso es para mi este libro de relatos.

Y, ¿quién lo dice? ¿Quién se atreve a declamar semejante prosa, si no poética, si poetizada?

A mi, si me lo permitís, Ana Bustamante me recuerda a una nueva Scheherezade.
Sí, una Scheherezade que le cuenta mil y un relatos a un sultán innoble y vilmente machista.

¿No sentís la cadencia de su respiración entrecortada cuando Scheherezade le cuenta?

(¿No será quizá tu respiración, apreciado lector?)

La forma se ve sutilmente aderezada por arabescos y contornos deliciosos al paladar, al tacto, al oído...

Hay tanto que leer en “El deseo viste de verde” que me atrevería a pediros que lo releyerais, aunque sólo fuera mientras estéis rumiando su primera lectura.

Sereno mar de delicados efluvios y evanescentes placeres envuelve cada caramelo expresivo con que Ana Bustamante nos deleita.

Avanza con valentía por el camino del deseo femenino hasta arrojarnos, en muchos momentos -repito-, en brazos de un cruel y acerado pretendiente de nuestros sueños.

Porque ese es el gran momento de Ana Bustamante, la creación de un tercer ojo, el del malvado, que nos mira y sabemos que se refocila ante nuestro propio goce.

El sultán nunca fue mejor servido. Y el lector fiel puede dar fe.

viernes, 24 de agosto de 2018

Ilusionarse es volver a vivir...lo que todavía no se ha vivido. El placer de la repetición.

jueves, 23 de agosto de 2018

La probabilidad de ser humano aumenta a medida que aumentan las carambolas que son las interacciones humanas, en un número ingente de mesas de billar sincronizadas.

domingo, 19 de agosto de 2018





La verdad no puede estar ensimismada

Añadidos en la sopa de letras de las ficciones vitales que sorbemos diariamente, hallamos verdes verdades y tiernas mentiras.

Saber qué nos representa mejor, así en la vida como en el trasiego vital visto desde la perspectiva del que pasa la vida como quien no hace nada concreto, puede resultar complicado.

La verdad y la mentira...Siempre nos han dicho que se instilan en delicadas proporciones. A ver cuanta verdad admites en tu vida, no sea que te quiebres...dice la sensatez de las comadres.

¿Pero quién regula la sucesión de las dosis de la pócima? ¿Somos nosotros mismos o hay algún regulador externo?

En principio, siendo seres sociales, es normal que la colmena que habitamos sea un regulador general de las condiciones de verdad en que nos situamos.

Y también, a nivel microsocial, cada una de las interacciones que mantenemos tiene a regular, de un modo u otro, el nivel basal de la verdad y la mentira que consumimos y que expelemos.

El mundo de nuestros afectos nos envuelve como un blanda concha que deje traslucir la verdad y la mentira en sus proporciones adecuadas.

¿Y qué papel nos queda a nosotros? ¿Pero, somos, acaso, algo, fuera de nuestro ser social?

Nunca estamos solos porque siempre arrastramos nuestra educación y nuestras experiencias más nítidas con los otros.

Así, si fuera posible ser, nosotros solos, nos encontraríamos quizá ante un dilema presentado bajo la forma de qué palabra y qué frases decirnos a nosotros mismos.

O lo que es lo mismo, qué verdad y qué mentira nos contituyen.

No somos, realmente, puesto que no podemos responder fiablemente a esta cuestión.

Lo que sea verdad y lo que sea mentira son los modos de conocer nuestro mundo que no podemos alcanzar a conocer.

Son las condiciones de posibilidad de la colmena y no tanto de cada uno de sus insectos.

Siendo pragmáticos, la verdad será, por ejemplo, el conjunto de procesos y condiciones que permita llenar de miel la colmena.

Y la mentira, lo que conduzca al vacío y oquedad de la colmena.

De este modo, retornamos a la matriz, a la simiente de nuestro deseo y poder, a la continuidad de nuestro ser.


viernes, 17 de agosto de 2018

- Los bovinos regurgitan, no resucitan.
- Quizá sea ese el secreto.
- El secreto? Para qué?
- Sí, para ser cristiano, o para ser romano...

martes, 14 de agosto de 2018

El regalo atinado es como un viento que acaricia las sensaciones. El regalo que no atina sopla en los oídos una arena confortable, la que sirve para pulir las dejaciones propias con el menor roce posible, un roce bien educado.

sábado, 11 de agosto de 2018

Era ante todo laico, se echaba sus sueñecitos y al despertar siempre nacía; nació tantas veces que se tuvo que despertar del sueño de las reencarnaciones. Transformado en Buda laico, el insomnio no le atormentaba, sólo le hacía lloriquear un poco de tanto mantener los ojos abiertos. Moraleja: un Buda no puede matricularse en un colegio laico y republicano pues dañaría las instalaciones con tanta humedad destilada.

jueves, 9 de agosto de 2018

Le miró fijamente...y se despertó. Ese podría ser el final del cuento de nuestras vidas (si hubiese alguien para contárnoslo, naturalmente).

martes, 7 de agosto de 2018

Durante la guerra fría, se daban consejos de autoprotección en caso de crisis nuclear. Así, se recomendaba, por ejemplo, esconderse debajo de una mesa en caso de ataque nuclear. Lo que es una buena muestra de que a veces se toman los medios por los fines.

miércoles, 1 de agosto de 2018

"Pegaso" vuelve a ser poco a poco, insensiblemente, un animal mitológico y no una marca de camiones (española). Es un ejemplo, de los pocos, del progreso puesto al servicio de la poesía.

domingo, 29 de julio de 2018







La pareja, y las parejas

Durante mucho tiempo, hemos intentado comportarnos como superhéroes a la hora de amar. Un amor inmaculado, perfecto y sobrehumano.

Hora es ya de que reduzcamos al amor a nivel humano. Seremos mucho más felices y, sobre todo, menos enfermos.

Dos lastres fundamentales a la hora de amar como seres humanos, y no como semidioses, son el ansia de exclusividad del objeto amoroso y el ansia de su perpetuidad.

En efecto, la idea de que nuestros amados deben serlo únicamente por nosotros y ellos deben amarnos exclusivamente a nosotros, es fuente de conflictos, ansiedad y estrés.

Es una idea descabellada, pues, a menos de encerrarnos en una burbuja afectiva, medio autista y generosamente regada de egoísmos mutuos, el afecto, como bien circulante, corre entre ambos dos y supera y rebasa el ámbito de nosotros dos.

Sería conveniente plantearse una situación ideal, un experimento mental. Sin ataduras mutuas, sin hijos, sin bienes, sin hipotecas. Pensemos en ello por un momento.

¿No surge naturalmente como un chorro de agua clara, la corriente del afecto y se bifurca y se divide y se transmuta en múltiples combinaciones?

Seamos sinceros y observemos a las parejas homosexuales que cumplen estos requisitos. ¿No hay acaso una danza de afectos que salta de aquí a allá en ataduras lábiles y que se superponen unas a otras?

Este caso límite del decurso amoroso nos hace comprender cuán lastrados por convenciones y normas absurdas seguimos estando a la hora de forjar nuestros vínculos amorosos.

Y esta es la realidad homosexual entre nosotros. Pongo un ejemplo. Una pareja de cincuentones que llevan juntos desde sus veinte y que en este momento viven separados por una calle de por medio, cada uno con una segunda pareja de jóvenes a los que cuidan.

Se mantienen las formas y los hábitos heredados, en gran medida. Los cuatro conviven día a día, trabajan juntos en el mismo negocio y, como es natural, los dos jóvenes se chancean alegremente, un poquito, de los dos mayores.

¿Esto no es sano, alegre y natural?

Quizá sin alcanzar este punto de desinhibición, situaciones similares ocurren con muchas parejas heterosexuales mayores, que ya han emancipado a sus hijos -y pagado la hipoteca-.

Amantes, segundos y terceros matrimonios, hijos e hijas de unos y de otros, se amontonan en gozosa turbamulta los fines de semana. Sin que estalle ninguna guerra civil ni se hundan las sacrosantas estructuras básicas de la sociedad.

Soy mero cronista de ecos de sociedad, no invento ni fabulo nada. Así somos.
El logro y el fracaso son un defecto de forma del ego. Porque el ego es siempre deforme. Un ego bien redondo es una antinomia.

viernes, 27 de julio de 2018

Si Dios es el proceso por el que hay que transitar, entonces el Universo es el principio y el final.

miércoles, 25 de julio de 2018

Cuando la puerta de salida es la misma que la puerta de entrada, recuéstate en el dintel, duerme, y si sueñas, entonces seguro que sueñas volando.

lunes, 23 de julio de 2018

El secreto de la llave de la memoria está en darle dos vueltas, a tiempo. Una para mirar hacia el interior, y la segunda para mirar la mirada desde una cierta objetividad. Seguro que sabemos todos hacer girar una llave en la cerradura, pero, ¿y si la cerradura somos nosotros?

domingo, 22 de julio de 2018







La rueda

¿Qué podemos decir de la felicidad? ¿Y de la infelicidad? Probablemente hablaríamos con más conocimiento de causa de la segunda que de la primera.

La forma de ser infelices, es receta tan conocida que obviaré aquí desmenuzarla. Consiste ante todo en sentirse insatisfechos con lo que se tiene, lo que oculta muchas veces una gran insatisfacción con lo que se es.

En efecto, andamos anclados en la posesión de bienes y recursos materiales que, en las sociedades occidentales, no dejan de estar a nuestro alcance en gran medida.

Son considerados insuficientes por lo visto por muchos para colmar la brecha que separaría su infelicidad personal de su felicidad.

Tenemos a nuestro alcance y sin alargar demasiado la mano, agua, comida suficiente y muchas veces abundante, cobijo y distracciones varias.

También, si es necesario, podemos incluir el acceso a la cultura y a la perfección de nuestras mentes.

Pero esto último, no deja de ser en la mayor parte de los casos un requerimiento no solicitado por la mayoría de las personas.

En gran parte de los casos, y por supuesto, en todos aquellos que se consideran infelices, lo que tenemos no basta, se dice, se necesita más, se envidia el yate del rico o sus vacaciones en Samoa.

Entre paréntesis, cuando el turismo de masas alcance a los últimos reductos de ricos y famosos, es de esperar que no sea por efecto de alguna revolución que haya abolido las élites económicas, sino porque se haya descubierto otro sistema inalcanzable para las clases medias, como los viajes espaciales o la inducción de paraísos artificiales en estado de animación suspendida.

Esto es indiscutible, para las clases medias occidentales, los ricos siempre nos llevan la delantera.

Se plantea una carrera de lo placentero, o al menos, se ha establecido así en los últimos cien años, por lo menos.

Carrera que se parece mucho a un correr sobre una cinta rodante, es decir, sin moverse del sitio.

Si las distancias relativas se mantienen, ¿habremos ganado algo con los cambios en términos absolutos?

Digámoslo claramente. Esta es una carrera que no se puede ganar, porque una de sus reglas básicas es precisamente esta.

La sociedad en su conjunto ha asumido la definición de lo que sea la felicidad individual, y en consecuencia, la infelicidad.

Este es un movimiento que se inicia con los pensadores ingleses del XVIII. Y que tiene un hito fundamental en el derecho a la búsqueda de la felicidad, plasmado en la Constitución americana.

Actualmente, estamos dispuestos a dejar en manos de la sociedad, sea lo que sea lo que entendamos por este término, la definición de nuestra felicidad.

Eso hace que, como conviene a una sociedad de consumo de masas, la felicidad se posponga siempre ad calendas graecas.

Porque es bien patente que si la felicidad fuese un producto de consumo masivo, la rueda del consumo se detendría, o al menos no giraría bien engrasada vertiginosamente, como ahora ocurre.

Por contra la infelicidad sí es un producto de consumo masivo porque precisamente es el acicate mayor para la rueda de la fortuna de cada quien y de cada sociedad a escala mundial.

Pero si dejamos a una instancia superior el logro básico de definir nuestras aspiraciones y nuestras consiguientes frustraciones, descentramos de nuestro ser la definición misma de lo que somos.

Y, por tanto, pasamos a estar sempiternamente insatisfechos con lo que somos.

La paradoja de la prescripción de la felicidad es que esta no puede venir de lo exterior.

Y nos hemos convertido en exterioridad aún en nuestros niveles más internos del ser, gracias a esta prescripción ilustrada.

Luego, sólo podemos ser infelices, o no lo suficientemente felices, lo que en nuestros tiempos, viene a ser lo mismo.

Porque aspiramos a consumir la felicidad, lo que, como hemos visto antes, es incompatible con el estado de la sociedad actual.

Consejo: si aspiras a la felicidad, no fundamentes tus valores básicos en el no-contentamiento. Dedícate a roturar tu parcela de modo que tu ser se expanda hasta los límites de tus posesiones materiales y bienes inmateriales como el amor o la compasión.

Y sólo hasta ahí.

Este consejo no convertirá a nadie en un revolucionario, ni siquiera en un anti-sistema per se, sino en una persona más sana y adaptada a su nicho ecológico y social. Es probable que, de poder seguirse este consejo, la rueda del consumo aminoraría su velocidad de crucero, sí, pero no se detendría necesariamente.

Y salvaríamos los muebles y el bienestar propio.



miércoles, 18 de julio de 2018

Advertencia: Hace tanto que no tenemos guerra en Occidente que en lo que sigue bien podemos perder el ritmo (¿poético?) de la frase. Quién avisa no es traidor (y menos si va armado de metrónomo).

Las guerras se suelen firmar con seudónimo, en el que solemos reconocernos todos salvo los locos y otros orates a los que no hacemos mucho caso cuando proclaman su solitaria autoría. En cambio en la paz armamos de forma anónima metrónomos sumergibles para que la sopa se mueva rítmicamente con el cazo de las mujeres, vedettes de la postguerra.

domingo, 15 de julio de 2018

-...Con la verdad por delante
-y la mentira por detrás? (refunfuñaba tía Antonia)
-Qué te hace pensar eso? (vieja gruñona, pensaba tía Adelaida)
-Lógico! La vida en dos palabras. Y si explicas la vida en dos palabras tienes el resto del día para echarte a la bartola.
-Entonces lo importante es la holganza? dijo bajito tía Adelaida, empezando a subirle la presión.
Tía Antonia no quería restregarle nada por la cara a su hermana, así que respondió:
-Bueno...también es importante, claro.
Las aguas empezaban a remansarse y tía Adelaida comenzó a desembarazarse del peto y del casco de la vieja armadura de sus abuelos.
-Sus, y a ellos! dijo por lo bajini.

jueves, 12 de julio de 2018

Si, según Kuhn y sus paradigmas, la ciencia que se desarrolla en periodos normales es acumulativa, la evolución cultural también lo es. Y un buen ejemplo de evolución cultural podría ser la aceptación y transmisión de la obra de Freud. ¿Está superado? Está integrado. Hoy día los problemas no vienen tanto de desajustes sexuales como de identidad. Pero en algún estrato inferior sigue debatiéndose el demonio del mundo y la carne que Freud agitó tan provocativamente. Y nos invita a seguir transitando hacia los siglos venideros.

martes, 10 de julio de 2018

La pornografía es la culminación de la contemplacion de la guerra erótica porque desemboca en la visión de una batalla, reducida a dos contendientes la mayoría de las veces, vencidos...y agotados.

sábado, 7 de julio de 2018







El grito del eremita en las Fiestas del Orgullo

Vivo en una ciudad, Madrid, que tiene como fiestas mayores extra-oficiales, a los actos de las Fiestas del Orgullo Gay.

Es con mucho la celebración más concurrida de la ciudad, con cerca de dos millones de personas en sus actos centrales.

Actualmente, el Orgullo es una borrachera continua, de cinco o seis días de duración, concentrada en el fin de semana, de viernes a domingo.

Es de hacer notar un paralelismo con los Sanfermines, que como cada año caen por las mismas fechas, dando el pistoletazo de salida del verano.

Si el Orgullo es una continua borrachera, los Sanfermines son una orgía continuada, con componentes míticos y simbólicos asociados a la heterosexualidad, mientras que el Orgullo, obviamente, se nutre del manantial homosexual.

Si se tira una línea recta en el mapa que una Madrid con Pamplona y se tiende, se tensa, se resquebrajarán todas las costuras de la piel de toro en una sucesión de fiestas y saraos a lo largo de todo el verano.

Es de remarcar lo estúpido de este comportamiento colectivo. El bajo nivel cultural del Orgullo se manifiesta en todas sus sesiones.

La música que se escucha desde los diversos escenarios que colman el barrio de Chueca, epicentro de las fiestas, es cansinamente repetitiva de un modelo, de un estado de cosas que se ha quedado congelado en el tiempo.

La gente que acude a esos actos se pirra por las canciones emblemáticas de los 80, 90 y muchas veces anteriores. Sin ninguna llamada a la renovación del espíritu de los tiempos.

Es muy sintomático que el Ayuntamiento de la ciudad no programe alguna actuación estelar, de alto nivel internacional, durante las Fiestas del Orgullo.

Otro ejemplo que se podría dar del bajo nivel cultural asociado a los eventos es que ningún museo o sede cultural ha programado exposición alguna con los exponentes del arte con connotaciones homosexuales de la historia.

A nivel personal, como residente en los aledaños del barrio de Chueca, la sensación es de asedio permanente durante el Orgullo, que se acentúa especialmente el fin de semana.

La fauna y flora del lugar, haciendo acopio de fortalezas exteriores, reúne a un variopinto plantel de gays, fundamentalmente, ornamentados y en estilización forzosa hacia el ridículo más oprobioso.

Gentes que en sus lugares de origen jamás pensarían en ataviarse de tal guisa balan y gritan por las calles del barrio en una suerte de compensación psicológica de todos sus males y rencillas de fondo de armario que les atormentan habitualmente.

El panel de chuequíes ilustres, que no ilustradas se acompasa estos días al gran rito del Contagio.
Pues las Fiestas se programan de forma tal que resulta imposible saber cuando se produjo el hecho relevante, y cuando de síntomas se pasó a diagnóstico.

En el río que nos lleva de la placentera borrachera, se produce el ¿ansiado? intercambio de fluidos con el consiguiente acceso al rito del Contagio.

¿Quién teme al estado seropositivo en esta pequeña y mediocre bacanal? ¿Quién se ampara del futuro del Sida en estos campos de Agramante sexuales?

Me da la impresión que, año tras año, los mismos concurrentes, supervivientes y nuevos reclutas, se dan el santo y seña de la enfermedad, como mot de passe que les permite acceder al flujo de Baco.

Es una forma de relacionarse como otra cualquiera, y que asegura grandes dosis de diversión y jolgorio, inanes, eso sí, durante las Fiestas del Orgullo Gay.

Y mucho después también, y mucho antes. Pues los asistentes se preparan a conciencia durante semanas, si no meses, para los ritos orgiásticos de acceso a la felicidad etílica.

¿Algún fermento político, alguna connotación moral que permita rebaja con agua clara el grado alcohólico de las Fiestas?

Ya no existen en Occidente motivos de reivindicación colectiva como motor de cambio de la sociedad.

Como ejemplo, valga el Orgullo. La comunidad Lbtgihjkmñopn x 2 pi r, no tiene ofertas atractivas para su público fundamental, el gay.

Los derechos colectivos ya están adquiridos y cada vez mejor fundamentados. Sólo cabe avanzar individualmente, mejorando con esfuerzo y tesón para lograr tener una vida mejor y, si cabe, algo más feliz.

Pero eso contradice el espíritu de las Fiestas, que es ramplón y colectivo, de grandes rebaños de ñus azorados porque no saben distinguir, como en el chiste, el tronco del árbol del cocodrilo al acecho.

No hay lucha siquiera por el poder festivo pues, como vengo repitiendo, todo se diluye en un río de alcohol que nos lleva, de aquí para allá, y de Atocha a Colón (recorrido de la manifestación).

Sólo nos podrían salvar las carrozas del desfile en que se ha convertido la marcha del Orgullo Gay.

Así, retornando a mi persona, hoy podría, en lugar de haberme encerrado en casa, haber salido a desayunar a mi lugar preferido, una franquicia de tapas y raciones, en la que seguramente hubiera encontrado instalada una gran carroza virtual con todos sus componentes saludando a voz en cuello y risas histéricas, a la concurrencia del local.

¡Líbreme Baco! A quien haré sobrias libaciones un día -o una noche- de estos.


viernes, 6 de julio de 2018

Tal como la función polinizadora de las abejas es la función social de la clase media: dar identidad a los ricos. Así es, los ricos de hoy en día tienen gustos de clase media, sólo que magnificados. No es función baladí, dar una cierta cohesión social en un mundo que siempre había estado estructurado en castas inmiscibles. Pero lo único que verdaderamente diferencia a los ricos de los demás es la posesión del arte. Como dijo un amigo: la función social del arte es dar identidad a los ricos.

miércoles, 4 de julio de 2018

Nacho abrió la claraboya y miró al exterior. Había montoncitos de hojas agostadas por el verano dispuestas al borde de la acera. La brisa caliente hizo rechinar los goznes. El infierno se abrió y salió...un estadio de fútbol con todas las plazas de pie y al sol. (Y Dios en su infinita sabiduría le otorgó una subsede del Mundial de fútbol).

lunes, 2 de julio de 2018

Quería obtener resultados y deshacer entuertos con su pareja. Así que encerró al perro en su habitación con los 53 peluches y muñecos. Este procedió a su destrucción metódica y radical. Cuando su pareja regresó a casa, aliada natural del perro puesto que veía en los muñecos rivales del tiempo pasado, ella supo que tendría que encerrarse en el baño a llorar largamente y de forma compungida, para celebrar con amargura la victoria final.

sábado, 30 de junio de 2018

Lo feo suele ser evidente mientras que lo bello se oculta. ¿Será que estamos orientados a la belleza y así lo feo resulta más difícil de ocultar? ¿Lo feo como indicador de que alrededor -encima, debajo- se oculta la belleza? ¿La belleza fruto prohibido que sólo podemos comer con ayuda de feos tentáculos?

miércoles, 27 de junio de 2018

Solo vemos lo simple donde no podemos discernir el grado de complejidad que se nos presenta.

lunes, 25 de junio de 2018

Hoy es san Juan, día de incendios y -esperemos que no- quemaduras de segundo grado. Aunque si el corazón se inflama tampoco es tan grave (¿no será al revés?). En cualquier caso, san Juan podría ser el santo de los tostados, que es como se dice al sandwich mixto en tierras rioplatenses. Si me como uno, ¿será entonces una forma de antropofagia? (Me refiero a que me comería al santo, en efigie, por así decir...). En fin, son muy buenas también las meriendas madrileñas, con las tortitas con sirope en la cafetería de El Corte Inglés, por ejemplo...De los incendios del corazón, a la inflamación del consumo...¿por dónde nos llevas, san Juan?

domingo, 24 de junio de 2018







El horno caliente

El verano ya ha llegado al hemisferio boreal, y el verano se abre oficialmente -sentimentalmente- con la noche de san Juan.

Es una noche en muchos lugares plagada de rituales mágicos en los que el fuego juega un papel preponderante.

Permitidme un localismo, yo pasé parte de mi infancia y mi adolescencia en Barcelona y allí sí que se celebra a lo grande la noche mágica de san Juan.

Hogueras en los cruces de calles para quemar lo viejo y purificar antes de la llegada de lo nuevo, verbenas en las azoteas de los edificios y coca de san Juan, un dulce tradicional que se asemeja a una pizza dura y crujiente.

Todo ello regado con el cava catalán. ¡Cuántos recuerdos de noches de san Juan!

Ahora, aquí en Madrid, todo es distinto. ¡Mucho mejor si tenemos en cuenta que no se lanzan petardos!

Nuestros pobres y queridos animales de compañía así no sufren de estrés. O al menos, no por ese motivo.

Otro localismo, aquí en Madrid el verano se abre oficialmente con la semana del Orgullo Gay. Y lo dejo ahí.

¿Qué nos trae a la mente el verano? El verano es la estación de la cigarra, como el invierno lo es de la hormiga.

El verano es lujo vital, derroche de todo tipo de sensaciones y emociones. La estación en que por fin salimos definitivamente en paños menores a la calle.

Y la mejor estación para los ciclistas urbanos y los corredores. Para todos los demás, es la estación del aire acondicionado. Sí, de los resfríos y catarros estivales, ¡tan temidos!

Y las huelgas vitales, las holganzas. Es la estación prodominante de las vacaciones en que se producen aluviones de gentes desplazándose arriba y abajo.

Hay un monasterio en Burgos, llamado el de las Huelgas Reales. Es un Real Sitio. Quiere decirse que en algún momento, los reyes lo utilizaron de aposento y Corte.

Mi recuerdo infantil asociado al monasterio es el de la exposición de dos trajes de corte de la época medieval. ¡Enormes y larguísimos! Para gigantes. ¿Hemos mejorado físicamente la especie o nos hemos empequeñecido? Misterios de la Historia.

Y este artículo tan peregrino, tan sin centro ni compás, es, estilísticamente, mi aporte al homenaje a la estación de la holganza que de algún modo hay que alabar pensando en augurios favorables para lo que nos resta de calida fornax (horno caliente), por cierto, según algunos el origen del nombre de California.

sábado, 23 de junio de 2018

El mundo es un continuo "sorpasso", como la "performance" de la que todavía no era la emperatriz Teodora, antes de cazar a lazo a su marido, en el Hipódromo de Bizancio, exponiéndose toda revestida de dorados ante el pueblo y el Basileus. Y la muerte, -como la fijada en la vista de todos, por los siglos de los siglos, de la ya emperatriz en los mosaicos de Santa Sofía-, por ser un alto en el camino, siempre ha sido un delito en este mundo.

jueves, 21 de junio de 2018

"Aprovecha el buen tiempo".
"...que si somos hormigas, durará poco".

Apostilló una cigarrra a la otra.

martes, 19 de junio de 2018

Me imagino que ver la entrada de un famoso en la cárcel será como vivir el rodaje de una película en tu calle. Mucho ruido, mucho jaleo. Estricto control de entradas y salidas. Te tomas un café con un tipo de producción. La diferencia está en vivir un sueño hacia atrás o hacia adelante. Porque te imaginas al famoso descontando los días de condena y a ti adelantándote mentalmente al final del rodaje. En cualquier caso, al final de la escapada siempre está el descanso del relax, sea entre rejas o en tu casita, mientras sales como un señor, de nuevo, a la calle.

lunes, 18 de junio de 2018

Las nubes no lloraban, pero sentían los cielos bajar. La hondonada les cubría de ataques, pero también podía ser una trampa mortal. Los extraterrestres vagaban, pero no deliberaban. Eran poetas, e invocaban a su planeta casi por automatismo. Desde una colina cercana, un par de excursionistas contemplaban la hondonada. "¡Cómo aúllan esos perros!", le dijo el uno al otro.