martes, 27 de julio de 2021

Recargar las pilas. A tiro de piedra de Sigüenza y del parque natural del río Dulce. Fin de semana largo y ya, atravesando la linde de Mirabueno, el sosiego que ya nos llena no nos dejará hasta la vuelta al infierno de Madrid. Yanko, el cocker, se ha metido en el río y ha nadado un poco, es su medio acuático, el preferido. Bruno, el grande, nos defendió del gaterío que acechaba, sobre todo en la noche, desde la casa vecina. Ojos firmes de gato que se topaban con el firme ladrido de Bruno. Callejear en Sigüenza es cosa de reseñar, pero permitidme que lo ilustre solo de palabra para mayor realce por contraste de la imagen soñada. Muchos gatos...pocos perros, ese es el resultado del partido en la villa. Por suerte, una pequeña acequia permitió a Bruno y Yanko rebajar su alerta al refrescarse las pezuñas. Golondrinas...se apiadan del campo y el campo se apiada de ellas. Y yo, como siempre, con una sola camiseta (en las fotos).

viernes, 16 de julio de 2021

Echo en falta una Historia moral de Occidente, pues a las claras la humanidad evoluciona moralmente (hace 160 años se practicaba la esclavitud en América). En mi descargo diré que soy un ignorante de marca mayor, y que mi incultura, o cultura, consiste en un pequeño archipiélago en un gran mar de Ignorancia (lo tomo prestado de las memorias de la aristócrata argentina Ocampo que tenía correspondencia con Ortega). Y pues tengo en el caletre, en un rinconcito reservado a las alertas y alarmas, un pequeño timbre que, ruidoso, me hace decir que qué hago lamentándome pues este de la evolución moral es un tema archiconocido y architratado por estudiosos que seguramente sean centroeuropeos de entreguerras, o así. En fin...vuelvo a mi Spinoza, que es mi salvavidas intelectual, para concluir que qué menos que en negativo sé lo que no sé, al modo de las definiciones negativas que, more geometrico, le servían para trazar las superficies de las Ideas.

domingo, 4 de julio de 2021

La ciencia moderna consiste en desgajar conceptos de la naturaleza y no de la mente como había hecho todo el saber anterior. Así se va construyendo una suerte de mente de la Naturaleza, lo que permitirá, con el tiempo, que la razón deje de ser soberbia al encontrar acomodo en su hermana natural.