martes, 27 de julio de 2021

Recargar las pilas. A tiro de piedra de Sigüenza y del parque natural del río Dulce. Fin de semana largo y ya, atravesando la linde de Mirabueno, el sosiego que ya nos llena no nos dejará hasta la vuelta al infierno de Madrid. Yanko, el cocker, se ha metido en el río y ha nadado un poco, es su medio acuático, el preferido. Bruno, el grande, nos defendió del gaterío que acechaba, sobre todo en la noche, desde la casa vecina. Ojos firmes de gato que se topaban con el firme ladrido de Bruno. Callejear en Sigüenza es cosa de reseñar, pero permitidme que lo ilustre solo de palabra para mayor realce por contraste de la imagen soñada. Muchos gatos...pocos perros, ese es el resultado del partido en la villa. Por suerte, una pequeña acequia permitió a Bruno y Yanko rebajar su alerta al refrescarse las pezuñas. Golondrinas...se apiadan del campo y el campo se apiada de ellas. Y yo, como siempre, con una sola camiseta (en las fotos).

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