miércoles, 22 de diciembre de 2021

Luchar por amor es la única oportunidad de los que no tenemos nada de vivir en atmósfera de cero ficción. La ficción de mi vida no se hará científica porque nunca tendré conocimiento cierto. Y así, mi única oportunidad de ir reduciendo las narraciones sin valores de mi vida (característica de los que tenemos por interior una superficie convexa reflectante) será aproximarme a alguien que esté más cerca de los animales (y de la verdad, que siempre tiene una traza de divinidad), en la lucha por amor.

domingo, 12 de diciembre de 2021

Esta mañana, en la farmacia, vi a una pareja de labradores. Creo que eran macho y hembra, el macho de pelo más rojizo y la hembra más blanca, alba. Eran señores perros, aparentemente no eran unos jovencitos. No sé si las unidades caninas de la guardia civil tienen labradores. Pero siempre se ha dicho que la guardia civil - los carabinieri españoles - es leal al gobierno - a cualquier gobierno -. Como un instrumento del Estado, la guardia civil depende de los presupuestos generales del Estado. Y siempre se ha dicho que, en democracia parlamentaria, la ley de presupuestos es la más importante del año, pues moldea todas las demás. Como modestísimo funcionario que soy yo también dependo de los presupuestos del Estado. Yo no tengo un contrato laboral, sino que me ha nombrado el Estado, así que no soy, strictu sensu, un trabajador. De ahí el chiste de que los funcionarios funcionan y no trabajan. Así que el funcionario - vestido - acariciando a dos labradores en una mañana de sábado es una muestra clara de que el Estado ha sobrevivido un alba más. España, cuya triangulación la conforman Portugal, Gibraltar y el país vasco-navarro, las Españas, llevan cinco siglos intentando destruirse, aunque, tal como indica la mano que acaricia al labrador, todavía no lo hayan conseguido. P.S.: Estando tendido en el sofá, bajo la mantita, pergeñando esto, miré a mi reloj de sobremesa en la estantería y lo vi, por un instante, sin gafas, reblandecerse al modo de los relojes blandos de Dalí. Clara señal de que hay que reírse más de todas y cada una de nuestras horas.

sábado, 4 de diciembre de 2021

La galleta de la suerte china, ya sabéis, esa que contiene una suerte de predicción o buenaventura, pues...yo creo que la última vez que la comí fue en el restaurante giratorio de la calle Caballero de Gracia. Sí, giratorio... así lo llamamos F. y yo porque es un chino que tiene una cinta rodante por la que circulan las viandas a porciones. Girando...como de un bombo de la lotería sale la suerte (en forma de galleta). Y así, los décimos de la lotería serían las pequeñas galletas de ese rescoldo del absolutismo - pues la lotería es una emanación de la Ilustración - que deglutimos para pasar el mal trago de haber tentado a la suerte, una vez más, y, claro, si te he visto no me acuerdo. El fin justifica los medios, al menos en la tradición política que va desde Roma al final del absolutismo y más allá...así que lo dicho a Fernando III el Santo, que conquistó Sevilla, y no sé si fue él o un sucesor quien le dio aquel lema "NO-DO" ("NO me ha dejaDO"); el nodo del relativismo actual en todos los ámbitos, y en concreto en la ciencia, ¿vendrá del hecho de que se ha tratado de extender y generalizar la racionalización desde el significante al significado del lenguaje? Esto es, la razón, el proyecto del logos fue un asunto de la palabra, pero se ha querido racionalizar también el uso del lenguaje, su función, que es referirse a hechos, la referencia pues. No otra cosa es teorizar o hipotetizar en ciencia. Si el lenguaje no es ya una barrera que contiene, de alguna manera, al mundo, sino que abandona su jerarquía y se mezcla con los hechos, embarrándose...¿Qué queda pues, para masticar y comer, tentando a la suerte (al mundo)?

lunes, 29 de noviembre de 2021

Así, a bote pronto...hay los absolutistas de la Razón, que son adoradores de los genios del pensamiento (porque no pueden serlo ellos). Están los liberales (clásicos) que razonan entre iguales (con las consiguientes sulfuraciones y cortocircuitos). Y también, (¿por qué no?), los napoleónicos de la razón, que intentan teorizar lo evidente (teorizar...línea jerárquica sobre los hechos, y lo evidente...la democracia de lo real). Podría seguir (porque divagar no lleva más que a seguir divagando), así los homo ludens contemporáneos, que, dilettantes ellos, juegan a pensar o piensan jugando, decapitando cualquier jerarquía valorativa, con lo que generan sin coto mil y una teorías, sin saber a qué carta quedarse. Yo soy, por supuesto, un hombre de mi tiempo...

sábado, 20 de noviembre de 2021

Las 20.000 leguas de viaje submarino...Recuerdo todavía con infantil cariño la película de Walt Disney, en technicolor. Pero remontando a Verne, pocos años después de su publicación, Galdós saca "La de Bringas", novela fuera del ciclo de los Episodios Nacionales, de trama algo floja pero que tiene la rara virtud de retratar la vida de la servidumbre de Palacio, alojada en los pisos 2º, 3º y 4º del Real Palacio de Madrid. Es una ciudad laberíntica de apartamentos y hornacinas habitables, que va desde la importante superficie asignada a la Camarera Mayor de la Reina hasta la pequeña buhardilla del último palafrenero. En una de las primeras descripciones de Galdós en la novela, recorriendo pasillos y puertas, algunas clausuradas, otras en mal estado y algunas más en estado de revista, los personajes se pierden y no atinan, tomando como referencia la gran escalera de Damas. Y de repente, el aroma del fondo del mar, de un gran océano, con restos orgánicos y bastante oscuridad, surge incontenible atrapado en ese estilo elegante, con muchos destellos de inteligencia, propio del autor. Los dos exploradores enarbolan una brújula e inspeccionan un burdo plano, dando boqueadas y braceando nerviosamente en el dédalo de pasillos. Esa impresión me resultó tan diáfana que estoy en la sospecha de alguna imbricación con la novela de Julio Verne. Y Gaudí...otro día.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Ser - humano - es esforzarse, a diferencia del resto de animales que suelen tener una facilidad pasmosa o al menos suelen ver sus deseos cumplidos, eso sí, durante mucho menos tiempo que los humanos. Esforzarse, luego cambiar - al menos, intentar cambiar las cosas -. Así, el ser - humano - no es fijo, no está dado de antemano. Esto enlaza de alguna manera con Ortega, que yo recuerde ahora, "Sobre la razón histórica", por ejemplo, trata sobre las diferentes formas y modos de ser humanos. Y la historia, que es la forma que tiene la cultura humana de mirarse en el espejo, reconociéndose, suele mostrar habitualmente tipos, modelos, emblemas, seres humanos concretos, en definitiva. De este modo, en la historia, el ser - humano - está dado de antemano. ¿Contradicción aparente? ¿Circularidad a la manera del yin y el yang? No sé.

domingo, 31 de octubre de 2021

El ser tiene una ciencia - la ontología - y la paciencia es la arqueología del ser. De esta suerte podría discurrir yo, hasta hace unos años: o sea, del ser para la nada hasta la nada sin más. Ya me han salido dos aforismos, ¿vamos a por el tercero? Elegir es siempre ser paciente. Bingo!

domingo, 24 de octubre de 2021

Creo, pero no estoy seguro, que fueron los novelistas franceses de principios del XIX los primeros en presentar a sus personajes como, "la Duchesse de S." o "Monsieur de Z.". Así, como si los dados para todas las jugadas estuvieran marcados con lo que todas las variaciones posibles - cualquier nombre - fueran fallos o trampas. Esto es sintomático de que el hombre había ocupado la plaza de Dios para efectuar las tiradas (de los dados). Y claro, el hombre, por definición, es falible (a diferencia de Dios). En la ficción anterior a esta época, Dios obra libremente, y da a cada uno lo suyo. A partir de 1800 el desequilibrio simbólico que acarrea la injusticia se adueña de los personajes, que no son sino personas sordas (per-sonare, "para sonar", persona), con lo que, en una forma de justicia inmanente, las personas de carne y hueso, para intentar reequilibrar la balanza y poder vivir a trancas y barrancas, empiezan a vivir con algo roto en su interior. (Este último argumento no es más que una ficción dentro de la ficción, algo que no deja de ser representativo de la forma de vida de los humanos de los dos últimos siglos).

jueves, 14 de octubre de 2021

Yo creo que comprometerse en una relación es un poco como la idea - brillante - de Descartes según la cual Dios, para sostener la creación, creaba a cada instante el Universo. Así, hombres y mujeres como somos, damos todo de nosotros para que nuestra relación se mantenga. Hay (¡cómo no!) un pero, y es que Descartes no sé si se dio cuenta de que esa creación permanente implicaba acumular innúmeros fines del mundo, en un a modo de industria divina de la muerte (del tiempo). Y eso me trae a la mente una visión de Hitler como gran industrial de la muerte en los campos. Hitler hizo de la ejecución, que era discreta, algo continuo, en tanto los convoyes ferroviarios aportaban constantemente un flujo de condenados. En eso se parecía al Dios de Descartes. Pero Hitler nunca se comprometió con Eva Braun (lo del final fue una pantomima), así que creo estar autorizado a deslindar conceptualmente los términos utilizados en la frase inicial de esta entrada. Modestamente humanos, hay que hacer todo lo posible para que el compromiso que cada quien tenga, se mantenga. Y si he contribuido con un granito filosófico a intentar dar por acabada la modernidad, ¡loado sea Dios!

domingo, 3 de octubre de 2021

Pensar bien, duele. Creo que esta sería una buena fundamentación para el estoicismo, la filosofía que los cínicos le dieron a los perros. Y como creo que los perros piensan sin palabras, ¿llegamos a un Dios sin palabras, que reza constantemente para que, entre otras cosas, los perros sepan sus tiempos y rutinas? El hombre no puede, para bien morir hay que pensar así.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Según parece, la muerte siempre llega a tiempo. Y es que no nos atreveremos a pedirle la hora...

sábado, 11 de septiembre de 2021

A mi me habían enseñado de chico que el famoso laissez-faire, la había lanzado al aire un ministro francés de la Restauración (francesa). O sea, en pleno liberalismo económico y político decimonónico. Cuál no ha sido mi sorpresa, al enterarme que la frasecita que, completa, dice: laissez-faire, laissez passer, le monde va de lui-même (traducción: dejad hacer, dejad pasar, el mundo se mueve solo), la escribió un fisiócrata también francés del siglo XVIII, casi cien años antes. Antes de Adam Smith! Es decir, que la masa crítica de talento que acarrea la frasecita es muy superior. Pero ahora mismo acabo de dar otra vuelta de tuerca, resulta que el tal ministro francés no es famoso por este dicterio, sino por haber dicho:"Enrichissez-vous!" (Enriqueceos). Lo sabía, claro que lo sabía...y, ¿desde cuándo enlacé este recuerdo (del ministro Guizot) transformándolo y retorciéndolo de tal manera? Desde luego, son parte de la misma familia conceptual, pero hay que dar al fisiócrata, lo que es del fisiócrata. Quizá, cavilo, al resultarme bastante penosos ambos adagios, resolví asesinar intelectualmente a su inspirador, para quitarle el prestigio de la profecía intelectual. Ya tiene mérito haberla expresado en pleno Antiguo Régimen! Se adelantó casi cien años a su caldo de cultivo natural. Reconozco que si se hubiera acuñado doscientos o doscientos cincuenta años después, despojada de la ganga moral del trabajo en fábricas de bastante más de doce horas al día, o del trabajo infantil en las mismas condiciones, no renegaría tanto de ella. Pero es que los tiempos del (neo) liberalismo son algo más propicios a la comedia (ni que sea dramática) que a la tragedia.

domingo, 29 de agosto de 2021

Hoy tuve confirmación de la muerte de Carlos, de quien estuve muy próximo durante años aunque habíamos perdido contacto hace mucho. Tenía una afección cardíaca que no cuidaba y que fue causa última de su muerte. Era un buen profesor, ayudaba a sus alumnos. Vi una foto reciente y tenía un aspecto interesante, durante todo el tiempo que nos tratamos siempre había tenido un aire aniñado. Se ve que había madurado en los últimos años. Uno de sus últimos artículos publicados se titulaba "La antinomia del Sr. Gödel". Creo que no publicó ningún libro, eso no es extraño por su especialidad, en la que se suele ir dejando un reguero de artículos. D.E.P.

miércoles, 18 de agosto de 2021

La física moderna, al igual que el arte desde principios del siglo XX, ingresó en el relativismo, donde todo vale (proliferación inflacionista de hipótesis) con ausencia de jerarquías. Así, ya no hay verdad, algo que tradicionalmente era un mecanismo que ahorraba pensar dando solidez a las escasas estructuras mentales. Lo que acabo de decir no es peyorativo, al contrario, es laudatorio al ser el pensamiento y la imaginación humanas finitos. La consecuencia de estirarlos demasiado se ve ahora, con un estancamiento generalizado de la física. Se puede establecer una comparación con la evolución de un género, la ciencia-ficción, que mostró una proliferación al parecer inacabable de escenarios sociológicos y científicos, hasta acabar por ser un género languideciente. Evidentemente, la imaginación tiene un límite. La física contemporánea ha devenido en una ciencia ficcionalizada, o ciencia-ficción a secas, con hipótesis tan patafísicas como el big-bang, ¡en la que el tiempo tiene un inicio! (hace 14.000 millones de años...). Es un ejemplo claro de relativismo ya que si el tiempo no es absoluto, o sea en cierta forma divino, tiene un principio (y un final, claro...). Así, para sus defensores, preguntar qué había antes del big-bang es absurdo puesto que de la nada surge el universo. Lo que es lo mismo que dar al hombre, al pensamiento, el poder absoluto (¡sobre el universo!). Lo que comporta un fallo garrafal y es que el hombre necesita enfrentar al absoluto para, por contraste, resaltar su relatividad, pero entronizar al relativismo es pretender que el hombre tenga los atributos de Dios, lo que es absurdo y no hace mas que resaltar su impotencia. Y de este modo tenemos una física impotente con gatillazos como el big-bang o los agujeros negros. No future...

martes, 17 de agosto de 2021

Edipo y la Esfinge no debían mostrar otro aspecto si hace 2600 años la vida hubiera podido darse aire de comedia. Pero a la vida entonces, mítica y trágica o bien contante - de dracmas - en la polis (pero todavía no lógica), no le era permitida la liviandad...Seis años son más de dos tercios de la vida de Yanko. Se los agradezco a Dios.

domingo, 8 de agosto de 2021

Para los interesados en epistemología y filosofía de la ciencia. El Capítulo I de "Breviario de claridades": I. Una propuesta ontológica. Sobre “Teoría y realidad”, de Mario Bunge. La realidad científica es siempre mejorable. El objeto-modelo es una limitación voluntaria de la realidad. Se restringen la razón, la intuición y la observación, tradicionales modos de acceso a la realidad. La realidad humana ya es una restricción muy considerable de la realidad, y la realidad científica es solo una porción de esa realidad. Que el homúnculo científico sea capaz de conocer lo general indica bien a las claras la limitación de la experiencia humana y los considerables vericuetos por los que puede transitar. Si se tuviera una experiencia absoluta, del universo que llamaré potencial – la experiencia humana potencial –, no se podría aspirar al conocimiento científico – ni, seguramente, al conocimiento tout court –, como se verá más adelante. La restricción de la experiencia (la experiencia humana real) a una porción del universo humano, aquel que se puede aspirar a conocer, permite que haya sorpresas, característica esta esencial de la realidad científica. Y sospecho que quizá no sean tan grandes las sorpresas como creemos, visto desde una hipotética experiencia más global, superior a nosotros. La semántica – del lenguaje natural – es un conjunto de objetos-modelo (uno por cada nombre al menos) y su sintaxis es un conjunto de esquemas de modelos teoréticos. La ciencia puede aspirar a modelizar el lenguaje natural, en tanto que experiencia humana real, esto sería quizá más factible si se definiera el lenguaje natural como el conjunto de frases y palabras emitidas por todos los hablantes en un período dado (los pensamientos también serían tomados como emisiones), lo que daría lugar a un conjunto incluido en el universo humano. Si bien una teoría puede tener como referente mediato al lenguaje – así definido – y puede haber en principio un conjunto infinito de conjuntos de esquemas de modelos teoréticos del lenguaje natural; el lenguaje natural es, en sentido lato, la experiencia humana potencial en tanto que para representarla, esto es, ahora sí, desde el exterior del lenguaje, lo cual no tiene sentido alguno, se requeriría el modelo semántico – o sea la interpretación verdadera – de un formalismo lógico, caso que fuera posible que no lo es, pues no podría darse ninguna porción del modelo que no fuese verdadera. Ello es así dado que no quedaría nada fuera del modelo, está todo el lenguaje “dentro”... Desde el punto de vista epistemológico, no se conocería nada, pues nada se podría decir. En ningún caso, siendo ya reiterativo, podría aspirar a representar a la experiencia humana potencial ningún modelo teorético o conjunto de modelos teoréticos. Si la verdad es la verdad de una proposición, en un sistema formal dado (real o metafórico), entonces la realidad científica no se caracteriza por la veracidad. En cambio, la realidad científica nos proporciona criterios de la veracidad parcial, no lógica, de sus parcelas, pero no de la totalidad. La contrastabilidad de sus teorías particulares es, por ejemplo, junto con la falsabilidad, un buen criterio de veracidad parcial y su posible corroboración, otro. La filosofía de la ciencia permite estudiar estos criterios puesto que la construcción de las teorías particulares está sometida a una filosofía particular. La psicología y la sociología de la ciencia también intervienen aquí. Así pues la metaciencia proporciona instrumentos para trabajar estas cuestiones. La realidad científica, y no la lógica, no es autónoma como la bola del Ser de Parménides. Es una característica del lenguaje que se refleje a sí mismo – se retuerza sobre sí mismo – para “sobrevivir” como tal. Si se puede hablar del lenguaje en su conjunto, no es más que por medios pragmáticos y no lógicos. Una buena forma de hablar del lenguaje es crear una teoría científica sobre este. La filosofía de la ciencia sería así, indirectamente, una verdadera introducción a la lingüística general. Argumento en pro de una ontología sin -ismos: P1: El lenguaje referencia los objetos y hechos y relaciones Esta proposición da la clave de por qué hay explicación, esto es, subsumir enunciados singulares bajo un determinado enunciado general. Pues, ¿con qué criterios se haría la selección de las apariencias para conseguir enunciados generales? La organización y dotación de contenidos – limitados – de la imaginación se refiere siempre a la organización y contenidos del lenguaje que se plasman en buena medida en referencias a objetos y hechos y relaciones. Así, estos dan pautas, “pistas”, modelos para hacer la selección y de este modo serán condición de posibilidad de la razón, la intuición y la ciencia. La exposición anterior es válida, creo, tanto para una ontología realista como para una idealista. La alternativa es la tesis idealista “fuerte”. Veamos. Desde el establecimiento de la conciencia como criterio de existencia, con Descartes, la realidad como sistema jerarquizado de atribuciones de existencia (la filosofía del sentido común) queda desafectada. En ese sistema los seres humanos ocupan un eslabón de la cadena (entre Dios y el resto de la realidad) sin preeminencia alguna. Pues precisamente el carácter distintivo es la atribución tal y como viene dada. Con la autoatribución se rompe el contacto con la cadena. La realidad queda restringida a la mera autoconciencia en la que cabe el universo. Así, el hombre se ha convertido en Dios, comprendiéndolo “todo”, permaneciendo con los medios cognitivos de hombre, con lo que cada sujeto posee la experiencia humana potencial. Pero, tener al universo potencial en la cabeza implica, como se ha visto previamente, no conocer nada y no se podría decir nada, al estar “en algunos momentos fuera” del lenguaje. Si no se conoce nada y no se puede decir nada, ello es equivalente “por un momento dentro” del lenguaje – si pudiera darse – a que se pueda conocer cualquier cosa y se siga cualquier cosa que se pudiera decir y en particular se sigue “A” y “no A” simultáneamente. Y, si cada sujeto en cambio tuviera en la cabeza una restricción del universo humano – esto es, la experiencia humana real, siempre a través del lenguaje – se volvería a caer bajo la exposición que daba inicio a este párrafo. Ya sé que la frase anterior es contradictoria en términos del idealismo, pero si no incurriera en esa contradicción, la alternativa sería caer bajo el caso expresado en las dos frases antecedentes a esta penúltima. Esto se aplicaría igualmente al pragmatismo, caso de considerarse como una filosofía no realista. Una vez aceptado que los humanos no pueden “salir” del lenguaje (psicológicamente esto se manifestaría en que “se ve” al mundo a través del lenguaje), el realismo tiene su propia contradicción al considerar que el lenguaje, en tanto que experiencia humana real, no es autónomo, puesto que se tiene que “salir” - ahora sí considerado como experiencia humana potencial – de alguna forma del lenguaje para referir los objetos o su apariencia o su definición operacional o su utilidad o su “verificación empírica”. Luego, una ontología idealista sería formalmente indistinguible de una ontología realista (o fenomenalista o pragmatista o positivista lógica u operacional). De ello se sigue que, puesto que son formalmente indistinguibles, no hay razón alguna para no adscribirse tentativamente a alguna de las ontologías tradicionales en función de los problemas que se planteen y de las soluciones que se pueda esperar alcanzar. También se sigue que si me “identifico” ontológicamente no se puede conocer ninguna proposición, pues se adscribe “2 + 2 = 4” y “el agua hierve a los 100 grados centígrados”, en principio o bien a una ontología idealista, o bien a una ontología realista. Así por ejemplo “2 + 2 = 4” remitiría, en su caso, de alguna forma en último término a determinadas experiencias sensoriales, con lo que implica estar “fuera” del lenguaje y se sigue “A” y “no A” simultáneamente. Así que es mejor obviar la cuestión ontológica. ¿La ontología es un seudoproblema? Si me deshago de la ganga ontológica, entonces la identidad humana se libera. En efecto, considerar por ejemplo que estoy muerto – o vivo – localizado en algún círculo del Infierno o cualquier otra fantasía metafísica posible no plantearía ningún conflicto epistemológico ya que el antiguo espacio ontológico se situaría a partir de ahora en el ámbito de lo narrativo. Me dotaría pues de una identidad con atributos manifiestamente narrativos.
Bruno y el teorema del viento: "Si las barbas de un humano vieras rapar, entonces sube a su regazo para ver cómo se las lleva el viento."

martes, 27 de julio de 2021

Recargar las pilas. A tiro de piedra de Sigüenza y del parque natural del río Dulce. Fin de semana largo y ya, atravesando la linde de Mirabueno, el sosiego que ya nos llena no nos dejará hasta la vuelta al infierno de Madrid. Yanko, el cocker, se ha metido en el río y ha nadado un poco, es su medio acuático, el preferido. Bruno, el grande, nos defendió del gaterío que acechaba, sobre todo en la noche, desde la casa vecina. Ojos firmes de gato que se topaban con el firme ladrido de Bruno. Callejear en Sigüenza es cosa de reseñar, pero permitidme que lo ilustre solo de palabra para mayor realce por contraste de la imagen soñada. Muchos gatos...pocos perros, ese es el resultado del partido en la villa. Por suerte, una pequeña acequia permitió a Bruno y Yanko rebajar su alerta al refrescarse las pezuñas. Golondrinas...se apiadan del campo y el campo se apiada de ellas. Y yo, como siempre, con una sola camiseta (en las fotos).

viernes, 16 de julio de 2021

Echo en falta una Historia moral de Occidente, pues a las claras la humanidad evoluciona moralmente (hace 160 años se practicaba la esclavitud en América). En mi descargo diré que soy un ignorante de marca mayor, y que mi incultura, o cultura, consiste en un pequeño archipiélago en un gran mar de Ignorancia (lo tomo prestado de las memorias de la aristócrata argentina Ocampo que tenía correspondencia con Ortega). Y pues tengo en el caletre, en un rinconcito reservado a las alertas y alarmas, un pequeño timbre que, ruidoso, me hace decir que qué hago lamentándome pues este de la evolución moral es un tema archiconocido y architratado por estudiosos que seguramente sean centroeuropeos de entreguerras, o así. En fin...vuelvo a mi Spinoza, que es mi salvavidas intelectual, para concluir que qué menos que en negativo sé lo que no sé, al modo de las definiciones negativas que, more geometrico, le servían para trazar las superficies de las Ideas.

domingo, 4 de julio de 2021

La ciencia moderna consiste en desgajar conceptos de la naturaleza y no de la mente como había hecho todo el saber anterior. Así se va construyendo una suerte de mente de la Naturaleza, lo que permitirá, con el tiempo, que la razón deje de ser soberbia al encontrar acomodo en su hermana natural.

viernes, 18 de junio de 2021

Rezar es como elevar los planos de tu casa al Arquitecto para que los vise. (Mis amigos ateos, pero optimistas, puede que me pidan las señas de ese profesional)

viernes, 4 de junio de 2021

Imaginemos a Luis Napoleón Bonaparte, también conocido como Napoleón III, en algún momento de la década de 1860, degustando piña en Niza. ¿Tendría algo de raro? La probabilidad de este evento aumentaría a medida que adelantase la década puesto que Niza, y sus contornos, fue incorporada a Francia por esas fechas. Ahora no recuerdo si por medio de un tratado diplomático o por hazaña de guerra, en fin... Raro acontecimiento el que el pobre Napoleón III tuviera éxito en sus trabajos de política exterior, como raro sería -aunque ya menos por esas fechas- comer piña salvo para los muy pudientes de altas clases sociales. Al menos hasta fines del siglo XVIII la piña era un manjar ultracaro sólo apto para superricos. Cabe mencionar al respecto esculturas de piñas de tamaño mayor al natural en los jardines de residencias palaciegas británicas para indicar así que el propietario tenía acceso frecuente a ese fruto. En fin, que Napoleón III, pavo real o ave del paraíso de la política de su tiempo, perdería con gusto alguna de sus plumas multicolores por Niza...y hasta por la piña.

viernes, 14 de mayo de 2021

La buena vida (o la felicidad de corriente continua, por así decir) suele tener el tono gris de una película de antaño, que ya no se estila pero sigue gustando. Entre la duda (razonable) y la gracia (también la de Dios), ¿será ese el secreto que la mantiene a flote? Ahora que París va a implantar su París Central (peatonal) cabe recordar su escudo de armas en el que campa un barco con el lema "Fluctuat nec mergitur" (fluctúa pero no zozobra). Llamadme romántico trasnochado, pero yo sigo creyendo que es posible la felicidad en París, en cualquier París que habitemos.

domingo, 2 de mayo de 2021

Feliz día del trabajo. Creo que lo que se podría celebrar es la libertad de trabajar, pues no es tarea baladí, a veces, el mero hecho de trabajar. Estoy pensando en quienes desempeñan un trabajo contra viento y marea, esto es, contra la voluntad diaria de dejarlo, de abandonar un esfuerzo que no les trae mas que sinsabores. Por contra, todos los que desempeñamos diariamente nuestra labor con buen ánimo y sabiendo recoger sus buenos frutos psicológicos, deberíamos celebrar el derecho al trabajo como el regalo que nos ofrecemos a nosotros mismos. Para todos los trabajadores - y aspirantes a serlo -, sin embargo, el contenido del trabajo, de cualquier trabajo, es el referente externo de nuestro lenguaje y comunicación durante varias horas a la semana (por lo menos), pues lo envuelve y arropa. Y, como tal, nos vuelve adeptos, por unas horas, del realismo filosófico (aquel que dice que existe una realidad externa). Y así el trabajo se convierte en la piedra de Rosetta que permite traducir nuestro pensamiento al producto de nuestro trabajo, sea cual fuere este. Con lo que nos volvemos transparentes, por un instante, y, ¿no dicen que la transparencia es el signo de la inocencia que caracteriza al resto de los animales? Así que, feliz día del trabajo, humanos en comunión con la Naturaleza. Nota: Esta publicación podría ser un ejemplo de "ficción filosófica". No pretendo haber hilvanado un argumento consistente.

jueves, 22 de abril de 2021

¿La etimología de "sujeto" viene de sujeción? No es tal que así pero viene al pelo pues la materia de que están hechos los sueños es única y exclusivamente el tiempo...Tiempo sin sujeción, sin sujeto que le ate. Así, soñar es un mero pasatiempo, el ocio de la conciencia. No lo lastro, pues, con pesadas genealogías de infancia como prescribiría el psicoanálisis. Hemos quedado entonces en que soñar es un pasatiempo de adultos, adultos que pueden tener cuatro años...Porque tal es la adultez de la conciencia. No buscaremos esa adultez, claro está, en la presunta responsabilidad de otros trabajos, porque, ¿qué mayor responsabilidad que seguir soñando, mantener el rumbo de la ensoñación?... Hasta que el estruendo del despertador nos haga perder el Tiempo, seguramente para seguir perdiendo el tiempo con las engorrosas labores de vigilia.

sábado, 10 de abril de 2021

El individuo libre y responsable, basamento del siglo XIX liberal, es una decantación progresiva de lo que se puede llamar el hombre-sociedad de la época pre-capitalista: esta expresión creo que sintetiza la idea de que el hombre tradicional es una aleación del conjunto indivisible de todos sus pares sociales, y su diferenciación y decantación produce, claro, al hombre liberal. La enfermedad natural del hombre liberal es el narcisismo, esto es, dejar de amar a la diferencia para amar a lo idéntico. La diferencia surgía naturalmente de la interrelación entre hombres libremente responsables (y que por tanto han dejado la coalescencia para estar separados lo suficiente como mínimo para poder verse y reconocerse mutuamente como individuos y ese hiato, esa oquedad ya los diferencia). Pero ese hombre "redondo", una suerte de mónada social, por independiente y autónomo, puede fácilmente caer en la tentación de mirarse el ombligo con la consiguiente pérdida de vista. A medida que se fue generalizando ese onanismo surgió el hombre-masa propio del siglo XX, que vendría a ser una suerte de manifestación de narcisismo colectivo, luego de profundo desequilibrio - y enfermedad - colectivo, pues el narcisismo solo puede manejarse, con cuidado, en formato individual.

martes, 30 de marzo de 2021

Se ha querido presentar a veces a la psicología como una vuelta a los orígenes, cuando si es algo es un arma cargada de futuro. Hacer más que hablar, aproximándose a nuestro ideal de persona y de conducta, debe ser su norte. La psicología más como función que como forma, podría también argüirse. Mirad, en el día de hoy, que conmemora a san Raimundo Lulio, quien por sus teorías medievales de aroma cabalístico expuestas en tablas que permutan símbolos para generar todo el conocimiento de su época ha sido considerado el santo patrón de la moderna lógica combinatoria, se nos muestra el ejemplo de un gran conocedor de la función simbólica. Y a tal seriedad del conocimiento debería poder aspirar la, a día de hoy, non sancta psicología, de verbo impúdico muchas veces, que no de conducta intachable.

viernes, 19 de marzo de 2021

Los hilos de la vida son tan largos que a veces parecen interminables... Ya bien sabemos que no es así. La fatiga de vivir rezuma de falta de afectos, pero, a veces, también es consecuencia de mucho afecto derramado... La muerte de alguien querido se lleva por delante todo el tarro de las píldoras de nuestra vida. Y generalmente no tenemos la paciencia de devolver, una a una, todas las píldoras al tarro.

domingo, 7 de marzo de 2021

La mente no domina al cuerpo...la reina Isabel II, la española y decimonónica, cierto día le asestó a un general (o almirante) una sonora bofetada, llevada de la indignación. Este, respondió que "manos blancas no ofenden". Pero los cuerpos del tal general y de la tal reina se enredaron una y tantas otras veces, antes o después, no recuerdo. Y la mente que, aleteante, dijo tal frase o mantra, no regía, no... Otro ejemplo. El lecho de Procusto. Los cuerpos que se aserraban, por los pies, no cupieron en la cabeza de ningún pintor (yo, al menos, no tengo en la cabeza a ninguno, lo que no es ninguna garantía, por cierto, pero es otro ejemplo sobrevenido). Por último, y no menos importante, el cuerpo sí domina a la mente. Quien haya puesto atención y seguido la lectura hasta aquí, ha visto por lo menos a una reina y a un general (en su mente) y, para pasmo general, no le han mandado nada (a su cuerpo). Con lo que, tu cuerpo, estimado lector, ha gozado casi de 30 segundos de independencia y solaz, que habrá aprovechado convenientemente.

martes, 23 de febrero de 2021

Aaron Copland, compositor americano de mediados del XX, decía que para una buena audición había que escuchar todas las notas. Sin embargo, en muchas obras, eso supone una suerte de condena a galeras musical. Un buen truco es escuchar - y seguir - la línea más grave de la ejecución. En el barroco, por ejemplo, el bajo continuo. No me hubiera gustado encararme a Aaron Copland.

sábado, 13 de febrero de 2021

Creo que Marin Marais es al Señor de Sainte-Colombe lo que Schubert a Beethoven, que dijo una vez, tras escuchar un cuarteto de cuerdas de este último, "¿qué nos queda a nosotros por escribir?". Pero Marin y Sainte-Colombe vivieron cien años antes y la posible orfandad espiritual de Schubert ante Beethoven es propia de un siglo que ya lidia con la idea del individuo como la medida de todas las cosas. Así que Marin Marais se libró de su maestro componiéndole a su muerte un "Tombeau" (tumba), el "Tombeau pour M. de Sainte-Colombe", famosa obra para viola de gamba y bajo continuo, que, a un tiempo, rememora y anula, superándola, la virtud compositiva de este su mentor. Con lo que el barroco francés da ejemplo del vigor de la sociedad tradicional por sobre la mentalidad enfermiza que ya comienza a principio del XIX, y que perdura en nuestros días. Aunque hoy día todo se dirimiría entre individuos encapsulados delirantes en las redes sociales. Pero el delirio es una forma de la excentricidad, en su sentido etimológico, lo que conduciría probablemente a una teoría de campos de fuerza (al "salir" de los cuerpos puesto que no tenemos ya centro). Energía en suma, más que movimiento de partículas o masa como serían los individuos en choque de raigambre romántica. Y creo que esto abre, de alguna manera, una vía de retorno a una forma de ver las cosas más propia de siglos anteriores a lo contemporáneo.

jueves, 28 de enero de 2021

La Historia es siempre contar historias, narrar. Desde hace dos siglos, algunas de esas historias contadas aspiran a la totalidad, en una suerte de totalitarismo intelectual. A cargo de tales maestros pensadores, -cuando en realidad del pensamiento se es siempre aprendiz-, esas historias totales de la Historia devienen pura Histeria. Un grito en la noche de la razón será entonces todo lo que quede de esas fantasías. Y en consecuencia, bibliotecas enteras arrumbadas en el contenedor de la esquina a cada nueva acometida de un nuevo maestro pensador. La totalidad humanística se desmigaja en entropía: pura basura pues.

miércoles, 13 de enero de 2021

Los verdes y los azules eran los colores de los dos equipos principales que competían en el Hipódromo de Bizancio. Y también los nombres de sus partidarios correspondientes, que dividían a la ciudad en dos banderías irreconciliables por siglos. Curiosamente, esta mañana al ir a comprar a la farmacia, el farmacéutico me habló del origen del color azul, que sí, han oído bien, es histórico, invención humana. Parece ser que durante siglos o milenios, la humanidad agrupaba el espectro lumínico de forma tal que obviaba un espacio para el "azul". Así, me recordaba este hombre, Homero no habla nunca de mar azul, sino negro. "¿Y cómo harían con el cielo?", no le dije. Ya de vuelta a casa, inquirí a google y parece que los primeros que consiguieron un pigmento azul fueron los egipcios. Así que hasta época histórica muy reciente no hubo azul. Los bizantinos, que eran unos griegos disfrazados de romanos, tenían sus buenos problemas con el azul, pero eran, ya, políticos y no existenciales, como dos milenios antes. Algún sacerdote egipcio habrá sido el primero en ver el cielo azul. Fue sin duda un gran paso para la humanidad.

sábado, 2 de enero de 2021

Érase que se era un señorío feudal, en unos valles pirenaicos, cuyo dominio compartían dos señores, uno eclesiástico (el poder temporal de la Iglesia ha sido proverbial, recordar al príncipe-arzobispo elector de Colonia, en cuya catedral deberían estar, si non e vero..., los mismos Reyes Magos), el obispo de la Seo de Urgel, y otro civil, el conde francés de Foix (los famosos Toulouse-Lautrec, uno de cuyos últimos vástagos fue el pintor inválido del mismo nombre). Pongamos que hablo de Andorra. Los dos co-príncipes tenían la soberanía de los valles. El primer cambio notorio fue la asunción por Napoleón del señorío francés en 18..En ese señorío se han sucedido todos los presidentes de la República franceses. El segundo cambio de importancia fue la muy reciente constitucionalización del Principado con el consiguiente tardío paso del Antiguo al Nuevo Régimen. Así que Andorra es una suerte de reloj histórico mal compuesto que da la hora, y los cuartos, mal que bien. Como siempre ha convenido a los andorranos que, cucos ellos, de siempre han sabido sacar buena tajada del asunto, haciéndose los remolones políticos para mejor medrar económicamente a la vera de la doble frontera franco-española. Sin necesidad ahora de bajar al ras de los cartones de tabaco de contrabando que por luengos años han cruzado a España, sí intentar hacer pasar lo antedicho por un modesto cuento de Navidad, en el que harían de Mr. Scrooge los probos andorranos y de espíritus de las Navidades los hados que en forma de señores feudales han sobrevolado el cotarro por siempre. Y así, colorín colorado este cuento tiene tanto porvenir como contante suena en los bolsillos de algunos.