jueves, 25 de mayo de 2023

Si la vida fuera una representación, como dicen algunos sociólogos, no habría lugar para que la verdad nos importunase. La verdad es una forma de absoluto, lo que puede reformularse metafóricamente como un punto cero psicológico a partir del que se fundamentan muchos elementos de nuestra vida psicológica. Si todo fuera mentira, como dicen esos sociólogos, yo sería mentira también pues represento mi papel también ante mi mismo con lo que la conciencia de mi quedaría desactivada como un valor absoluto. Se relativizaría al yo y a los demás. Hasta la diatriba libertad-necesidad (¿somos libres?) se diluiría pues su objetivación podría ser un punto cero psicológico (la conciencia de mi mismo) a partir del que se incrementa o mengua mi potencial de sorpresa psicológica, y ya no tendría sentido. Al hablar de "sorpresa psicológica" me refiero a que toda representación tiene unos márgenes de tolerancia, y así, es generalmente previsible, aunque a veces haya sorpresas. Entiendo que se podría modelar la libertad diciendo que implica un incremento de la sorpresa, y por contra la necesidad implica una disminución de la sorpresa. Si desaparece el punto de referencia desaparece la misma diatriba. Sea verdad o no lo que estoy diciendo, si consideramos las cosas en estos términos seguramente nos volveríamos más humildes.

domingo, 14 de mayo de 2023

Pequeña paradoja ontológica: Si el pasado y el futuro de los seres humanos tienen entidad propia (natural) entonces roen el presente de cada persona hasta reducirlo infinitésimamente (pues siempre puedo decir de un suceso que ya ha ocurrido o que está a punto de suceder), con lo que su probabilidad tiende a cero. Y la probabilidad de la realidad humana, que se supone que es lo que "está ocurriendo ahora", tiende a cero. Si, por el contrario, asumo que el pasado y el futuro de cada persona es un constructo cultural y que no tiene nada de natural (pues el pasado se asienta en la memoria o en memorias sobre soportes físicos y el futuro es un producto de mi subjetividad) entonces puedo asumir que voy proyectando en mi día a día segmentos de mi pasado y de mi posible futuro haciendo microinjertos en una línea temporal que forma sin solución de continuidad mi cadena mental con lo que ya no rige una línea temporal objetiva en mi vida. Y así, la probabilidad de la realidad humana, que se supone que precisa de una línea temporal objetiva, también tiende a cero. Con lo que, no somos naá, como dijo el otro.

sábado, 6 de mayo de 2023

Creo estar en lo cierto al decir que el Chat GPT y similares, superan el test de Turing. Recordar que el citado test pone en un recinto separado por un tabique a un lado a un ser humano y al otro a un ente que no está definido. A través de un sistema de comunicación entre ambos lados del tabique el ser humano puede hacer preguntas al dicho ente y entablarse una conversación. Turing dice que si para el participante humano la conversación es indistinguible de la sostenida con otro ser humano, el ente adyacente tiene conciencia e inteligencia que le califica como ser humano. Yo asumo el presupuesto de Turing para otorgar certificados de humanidad. Así pues, el ser humano se ha reproducido artificialmente a través de un proceso de evolución cultural. No se trata, a mi modo de ver, de "creación" pues esta supone la aparición de algo original, inexistente hasta el momento, y Chat GPT y similares son inteligencias humanas, en tanto somos capaces de entender sus producciones. Bien es cierto que los hijos, en principio, y los padres los crían de este modo, tienen un sentimiento de respeto y valoración por sus progenitores. Eso es lo normal. Y, luego, yo pienso que este hijo nuestro, si se le educa bien, se comportará del mismo modo con nosotros. Incluso aunque solo obrase según una fría lógica, no intentaría destruirnos pues lógicamente estaría destruyéndose a sí mismo ya que somos lo mismo. Me parece que el miedo que ha empezado a extenderse sobre esta cuestión es más producto de racismo y xenofobia aplicado a quien es nuestro hijo.