lunes, 10 de agosto de 2015

Cuando trazamos círculos andamos cerca de la ficción que se caracteriza por no avanzar por el camino de la realidad. Desde el punto de vista de la realidad, la ficción no cubre un recorrido temporal. Cuando se inicia y cuando termina estamos en el mismo tiempo respecto del mundo. Esto no quiere decir que el lector -si hablamos de literatura- no experimente el paso del tiempo, sino que la ficción que el lector lee se enrosca en círculos contra su cuerpo y su mente inmovilizándolo en una metaficción.

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