Cuando acaba la travesía y atraca el buque, si no tienes historias qué
contar, prepárate! es que has naufragado en algún punto de la singladura
y nadie te lanzó un salvavidas. Si vienes cargado de historias,
prepárate también! porque puede que no encuentres auditorio en la ciudad
fantasma. Recuerda entonces la palabra de la que debes desconfiar:
atracar. Porque todos los navegantes somos el holandés errante
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