miércoles, 21 de mayo de 2025
Algunos filósofos dicen que la experiencia solo es transformadora si se está capacitado mentalmente para ello. Pero no será esto la pescadilla que se muerde la cola? Sería como decir que la experiencia solo se puede "guardar" en los "recipientes" que previamente deben estar preparados. ¿Y eso no significa que esas experiencias nuevas han sido ya previamente vividas de algún modo? Con lo que se negaría la linealidad del tiempo psicológico. Lo que es una negación de la posibilidad de crecimiento psicológico. Un sinsentido, vamos. O si no también se podría aducir que la vida nos conduce en forma determinista solo por los derroteros para los que estemos preparados. Y así la vida sería un simulacro o una representación teatral en la que ya está escrito el guión. El sino, el destino, el fatum. Sí, tiene sentido.
domingo, 11 de mayo de 2025
Confieso que nunca me he planteado seriamente el sentido de la vida. En primer lugar, diré que no se puede antropomorfizar la naturaleza. Quiero decir que los valores humanos no son aplicables a la naturaleza. En particular, decir que el mundo sea justo o injusto carece, para mi, de sentido. La naturaleza o el universo ni tienen ni dejan de tener sentido alguno. Y este principio aplicado a mi vida, para mi se expresa así: nunca podemos abarcar realmente la totalidad de nuestra vida. Mi vida, en su totalidad, es un concepto abstracto que no tiene correlato empírico pues realmente lo que podemos tener, más o menos, en mano son porciones o segmentos de nuestra vida. Aquellos que podamos abarcar mentalmente con algún sentido concreto, sea en forma de recuerdos o de vivencias reales. Así, desde mi punto de vista, la totalidad de mi vida es un elemento natural y no antropológico al que no podemos aplicar valores humanos, como el sentido. Mi vida ni tiene ni deja de tener sentido alguno. Sí lo pueden tener porciones o segmentos concretos de mi vida, pero eso ya es, ¿no os parece?, otra cosa.
jueves, 1 de mayo de 2025
Dios habita en el mundo de las verdades de razón que son las que no se refieren a hechos del mundo sino a meras relaciones lógicas en el interior de una proposición. Porque Dios no puede conocer sobre el mundo, ya que lo que permite conocer es la limitación, la finitud. Conocer algo es completarnos un poco, ensanchar nuestros límites. Así, es algo propio de los seres humanos, de los seres vivos, en general. Puesto que Dios habita la eternidad no dispone de un reloj para medir cuánto le falta por conocer. Y las verdades de razón, un ente lógico, serían el pasadizo que conecta la eternidad con el tiempo. No os extrañéis, porque el hombre es la intersección entre la eternidad y el tiempo. Si viviera hoy San Anselmo, estoy seguro de que deduciría a Dios utilizando las verdades de razón.
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