jueves, 1 de mayo de 2025

Dios habita en el mundo de las verdades de razón que son las que no se refieren a hechos del mundo sino a meras relaciones lógicas en el interior de una proposición. Porque Dios no puede conocer sobre el mundo, ya que lo que permite conocer es la limitación, la finitud. Conocer algo es completarnos un poco, ensanchar nuestros límites. Así, es algo propio de los seres humanos, de los seres vivos, en general. Puesto que Dios habita la eternidad no dispone de un reloj para medir cuánto le falta por conocer. Y las verdades de razón, un ente lógico, serían el pasadizo que conecta la eternidad con el tiempo. No os extrañéis, porque el hombre es la intersección entre la eternidad y el tiempo. Si viviera hoy San Anselmo, estoy seguro de que deduciría a Dios utilizando las verdades de razón.

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