sábado, 24 de octubre de 2020

Las grandes instituciones cerradas, sean hospitales psiquiátricos, cárceles o barcos comportan interacciones sociales reguladas jerárquicamente. Su característica principal es el aislamiento al que someten a sus internos respectivos. ¿Se podrá generalizar tal planteamiento social y afirmar que todos somos internados de las redes sociales e internet? El aislamiento es patente y, vía la conexión con medios de comunicación masivos, la compulsión "simpática" o masajeo neuronal, se implementa también jerárquicamente. Los castigos a los que se someten los internos pueden asimilarse al aprendizaje condicional (condicionamiento psicológico) que moldean en nuestros cráneos los "me gusta" de facebook y sus derivados. El resultado es el mismo que en las instituciones cerradas clásicas, un cambio progresivo en el modo de pensar y de definir nuestro comportamiento. La autoridad también está oculta y solo se manifiesta por medio de personal subalterno, los periodistas por ejemplo, en el complejo redes sociales-medios de comunicación. Así, todos seríamos "estigmatizados" sociales como lo son en gran medida los internos de las instituciones cerradas. Una sociedad entera marcada por el hierro candente del estigma como las prostitutas internadas anteriores al siglo XIX. Quizá esté llegando la hora de tomar conciencia, primer paso en el largo camino de la asunción del estigma para lograr vivir una vida equilibrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario