El estrés (generalmente caliente) de la ducha conduce al combate del
descanso de la cama, tal es el colofón de una jornada que empieza
quemándose con el café con leche y luchando por la vida en el metro: the
struggle for life del XIX nos canta todavía sus cantos de sirena. Pero
tapónate los oídos y sólo verás una línea del horizonte que va del
amanecer a la puesta de sol (y todas tus facturas empezarán a danzar una
danza de la muerte).
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