jueves, 29 de junio de 2017
miércoles, 21 de junio de 2017
El granero que guarda trigo y cebada alimenta a
una población sostenible de cucarachas y ratones, mucho menos visibles
las primeras que los segundos y también mucho más numerosas. Buscan a
toda costa la autorregulación de su población para no sufrir castigos
humanos tenidos por divinos. ¿Sería mucho pedir que nos acostumbráramos a
su compañía y por animales de compañía las tuviésemos? Al comer pan, el
campesino sabe que no se alimenta solo sino también a todas las
criaturas que penden de esa cadena trófica, ungida por manos humanas.
¿Sabemos ser dignos de todos los que dependen de nosotros? Es signo de
prudencia empezar por lo pequeño para llegar a lo grande...las
cucarachas.
domingo, 18 de junio de 2017
El
mar no gime sino que deja, se aleja oleaje, alcanza a sentir las aguas
de todas las aguas. Advierte, Niceas, que la belleza no es única sino
diversa, muy diversa, aunque sus líneas maestras se puedan amaestrar,
por quien está en posesión de los genios de la lucha, en breves trazos.
No alcanza más quien otea, sino quien declina, porque el declinar es una
fuerza irresistible, que no deja de hacer oír su llamado a todos los
hombres y las mujeres. Sé fuerte y contémplalo.
miércoles, 14 de junio de 2017
El recital de admoniciones y añagazas contenía varios de los tonos habituales de medias verdades y calumnias, golpes bajos y zancadillas, aderezado todo ello con sonrisas falsas y melifluos apretones de alma.
Era una representación en toda regla de los parabienes y quereres en aquella sociedad literaria, que tenía su sede en los bajos de una antigua caja de ahorros reconvertida tras la crisis.
Su sala de espejos era famosa entre los conocedores por sus aquelarres de imágenes reflejadas, metáforas vivas de los modos y maneras de los contendientes a sus justas de letras.
Las batallas eran rudos ejercicios de despellejamiento mutuo para a continuación echarse sal en las heridas. A carne viva, la tinta manaba.
"¡Buen signo!", "¡Buen signo!", asentían a coro los miembros, que más parecían la plebe sedienta de sangre de las decapitaciones públicas en guillotina durante la Revolución Francesa. Incluso se daban unas a modo de tricotteuses que enredaban en volutas de palabras, necias y tristes, a aquellos que se ofrecían como oficiantes del servicio literario.
No había salvación una vez atravesado el umbral, al modo del infierno de Dante.
Y ciertamente, como vivimos tiempos más felices y prudentes que el del Dante, nadie lo atravesaba. Era pues un reducto ocupado sólo por ecos de lo que alguna vez pudo ser y nunca fue.
Un no-lugar de un inmundo mundo que nadie conjugó jamás.
La descripción previa es un ejemplo de la posibilidad de exploración de las grisuras que median entre el ser y el no-ser, a la occidental manera y en un aporte de la literatura a la filosofía, sin presunción de inocencia por parte de la primera.
Si comparamos la filosofia con la matematica,
vemos a un picaro español del Siglo de Oro contrapuesto a un ingenuo. La
filosofia no es veraz mientras la matematica, si. Justificacion: si
atribuimos 1 al ser y 0 al no ser, la ontologia -la teoria del ser en
filosofia- deberia haber explorado sistematicamente el intervalo cerrado
entre 0 y 1, con sus decimales. Cuando en realidad, si observamos a la
mayoria de los filosofos, vemos una moneda lanzada al aire a cara o
cruz.
sábado, 10 de junio de 2017
viernes, 9 de junio de 2017
Siempre
somos seres imaginarios pues la imaginación no descansa y se toma como
modelo a sí misma. Si no dejamos de imaginar nunca alcanzaremos la
realidad a la que en forma hipócrita, a veces calificamos como "eterna" o
"infinita": no queremos reconocer que no estamos listos para ella y la
dotamos de esos atributos para emperifollarla patéticamente. Aquel que
alcanzase a percibir la realidad, se quedaría ciego, sordo y mudo y
ninguna simbólica Esfinge podría plantearle nunca más ningún acertijo.
lunes, 5 de junio de 2017
Agua que corre, no la has de beber.
Cuando este aserto se convierta, finalmente, en una verdad universal, habremos asistido al culmen de la civilización occidental y consiguientemente, al inicio de su rápida decadencia. Pues la clave de bóveda de la transformación del mundo será al tiempo su lápida sepulcral. Lo malo es siempre el paradigma de la virtud, no su límite, pues bueno y malo son una díada inseparable, y resaltan más los contrastes. Así, el último ser humano bueno será el que sepa distinguir con exactitud la maldad del agua corriente, por ejemplo. A continuación vendrán tiempos oscuros pero no exentos de ciertos brillos, como no puede ser menos.
Cuando este aserto se convierta, finalmente, en una verdad universal, habremos asistido al culmen de la civilización occidental y consiguientemente, al inicio de su rápida decadencia. Pues la clave de bóveda de la transformación del mundo será al tiempo su lápida sepulcral. Lo malo es siempre el paradigma de la virtud, no su límite, pues bueno y malo son una díada inseparable, y resaltan más los contrastes. Así, el último ser humano bueno será el que sepa distinguir con exactitud la maldad del agua corriente, por ejemplo. A continuación vendrán tiempos oscuros pero no exentos de ciertos brillos, como no puede ser menos.
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