sábado, 25 de octubre de 2025

Esta tarde me he sentado delante del ordenador y he leído en la prensa que no hubo tal robo de un Picasso, hace unos días, quizá lo recordéis, sino que durante el traslado del conjunto de las obras de arte se quedó un momento a trasmano en un portal, y una vecina lo confundió con un paquete postal. Ayer mismo, hablando por teléfono con un amigo me dijo al respecto que seguramente no había habido tal robo sino que se habría quedado en un rincón y que quizá siguiera allí todavía. Se trata, aparte de la perspicacia de mi amigo, de un caso de sincronicidad al estilo de Jung en la que 2 hechos no conectados causalmente se imbrican, y por tanto se dan mutuamente sentido, para el observador. En este caso, un estado mental, o conjunto de pensamientos como quiera llamársele, y un estado físico, el del cuadro en el portal. Son casualidades, que quizá como diría Freud, son causalidades. Si lo tratásemos con rigor, hablaríamos de matrices vectoriales en un espacio de n-dimensiones. Quizá haya un modelo matemático para todo esto. Y si se lo planteásemos a una inteligencia artificial, ¿qué nos podría decir? Seguramente algo parecido a lo que acabo de decir. La vida, de cada cual, tiene hebras, filamentos, que se retuercen e imbrican formando algo semejante a telarañas tejidas por una araña intoxicada por LSD. Esto, creo, no nos da bula para tomar drogas a tutiplén, salvo que estemos a las puertas de la muerte. Ese es el límite, quizá también matemático, de las sincronicidades. Yo, por si acaso, pienso seguir hablando todavía un rato.

jueves, 16 de octubre de 2025

Hablando con mi buen amigo José María, sacamos el tema de la evolución del pib y, para comparar, escogí el último dato, y el del 2008, último año antes de la gran crisis. En España, en 2024, el pib per capita fue de 35 300 dólares, y en 2008, de 35 600 dólares, a esto hay que descontarle la inflación del período que fue de entre un 15 y un 20 por ciento. Con lo que hemos perdido, respecto a 2008 entre 15 y 20 puntos porcentuales de poder adquisitivo. Yo, ante esto, intento contraatacar con datos de Occidente. En Francia, el último dato de pib por habitante es de unos 46 000 dólares, y en 2008 fue de alrededor de 39 000. Añadiendo la inflación del período, que en los países de Europa occidental, fue muy similar en todos, resulta que se han quedado como estaban en 2008. Es decir, tienen igual poder adquisitivo que entonces. Han pasado 17 años y no se ha crecido en absoluto, o se ha decrecido. Pasa igual con Italia, Reino Unido y Alemania. Es un signo claro de la decadencia de Occidente, bien sea un declive relativo o absoluto. La diferencia estaría en que siendo relativo, consistiría en un período de reajuste con otros países, tradicionalmente del Tercer Mundo, que ahora se han aproximado económicamente a nosotros. Véase, China o la India y otros. De algún modo, sería volver a la normal histórica, puesto que China siempre ha sido económicamente igual o superior a Europa. Si la decadencia fuera absoluta, ello vendría a ser como la caída del Imperio Romano, pero, quizá, al ralentí. Apocalípticos e integrados, aquí hay chicha!

sábado, 4 de octubre de 2025

A ama a B, B ama a C, y sucesivamente... Es el esquema amoroso básico. A mi me parece muy bien en primer lugar porque ya situarse en esa serpiente multicolor es un logro desde mi punto de vista. Y además si B se deja amar o hace la vista gorda sobre tal cuestión es ya la repanocha. Querer tiene como complemento dejarse querer. Y no otra cosa es posible. Porque el universo puede haberte colocado a B a tiro, eso ya es mucho, muchísimo, pero que encima pretendas que B te devuelva lo que pones en él ya es pedir demasiado. El mundo es tonto, o se hace el tonto, para que tú puedas amar pero nada más. Porque amar debe tener un valor evolutivo negativo, excepto el amor de madre. Tiene sentido, poner todos los huevos en el mismo cesto reduce tus posibilidades de supervivencia. Y crear un circuito cerrado de energía, si B te amase como tú le amas, sería como entrar en el terreno de la entropía, peligroso terreno. Así que el mundo, para precaverse, se asegura de que eso sea muy raro. B puede hacerte carantoñas y algunas pamemas, eso sí está permitido por el Universo, y así se mantienen la mayor parte de las parejas. Pero un amor de ida y vuelta, A ama a B y B ama a A, desequilibra las fuerzas al hacer girar sobre sí misma a la pareja, piétiner sur place. Literalmente, no conduce a ninguna parte. Y al retroalimentarse sin fin lleva con bastante seguridad a los miembros de la pareja a desquiciarse progresivamente. Un amor loco. Gracias a Dios la mayor parte de las parejas están cuerdas.