lunes, 5 de noviembre de 2018
La estupidización e infantilización generalizadas son la norma para este capitalismo de deglución, más que líquido. Es una papilla, compuesta de múltiples ingredientes, convenientemente molturada y triturada para que pase por todos los gaznates sin esfuerzo. Esto es importante, la minimización del esfuerzo, el minimalismo de la actividad. Porque, en principio fue la Acción, y luego el Verbo, ...y luego la papilla.
domingo, 4 de noviembre de 2018
La
papilla
La
estupidización e infantilización generalizadas son norma para este
capitalismo de deglución, más que líquido. Estamos ante una
carrera de armamentos en la que las armas pesadas son cientos, si no
miles de elementos diversos de la vida diaria, reunidos bajo una
misma y extraña forma.
Molturados
y triturados, forman una papilla que resbala mejor por cualquier
gaznate. Se reúnen formando un vector que tiende a discurrir
garganta abajo de todos y cada uno de los que conformamos la
globalización económica.
Anteriormente,
la vida había discurrido por sus cauces inmemoriales, de renuncia,
de sueños, de esfuerzo y de escasez. Pero ahora, todo es deglutido
fácilmente a mayor gloria del capitalismo felizmente reinante.
No
queda nada fuera del sistema, cubre todas las áreas, políticas,
económicas, culturales, sociales. Todo se ha economicizado y tasado,
reduciéndose a papilla.
No
deja de ser paradójico que en el momento de mayor bienestar mundial
en términos absolutos, todo se vaya literalmente, por el desagüe.
Todo fluye en catarata, cuerpo abajo de cada uno de nosotros.
Y
para mejor facilitar la operación, la transposición psicológica
del sistema fisiológico-económico es la cada vez mayor estupidez e
infantilismo que aquejan a los habitantes del globo.
No
se podía esperar otra resultante de la disminución en cascada de
los riesgos vitales, y dificultades para insertarnos en el sistema.
Con todas sus características de adelgazamiento económico de las
clases medias y bajas occidentales. ¿Qué otra cosa se puede esperar
de semejante diarrea continua?
Psicológicamente
hablando, nos hallamos en el mejor de los mundos posibles, provistos
todos de instrumentos de control y adecuación ideológicos, en forma
nudamente individual. Sí, me estoy refiriendo a los teléfonos
móviles.
En
sueños no renunciamos a nada, y vivimos en vigilia en un mundo de
ensoñación perpetua, los mundos virtuales. Somos así, felices. Si
materialmente, como ya he dicho, puede haber carencias, eso no
importa para el durmiente.
La
papilla se desliza lenta y fluidamente garganta abajo. Se miniminiza
el esfuerzo, se minimaliza la actividad. Esto es importante para
poder seguir durmiendo.
Si
en el principio fue la Acción, y luego el Verbo, ahora es ...la
papilla.
sábado, 3 de noviembre de 2018
Recorriendo los solitarios pasillos de un hospital, de noche, tras salir de tu habitación en una expedición en busca de una lejana máquina expendedora de tu golosina favorita en aquel momento, sientes que comprendes el mundo y su funcionamiento.
Es volver a la infancia exploradora pero con muchas características del estado adulto incorporadas. El mundo se cierra sobre sí mismo, acogiéndote cálido, y al tiempo sientes la responsabilidad derivada del hecho de que has sufrido un grave percance y te encuentras asumiéndolo y superándolo.
Sí, mi estancia en el hospital fue una doble llamada de atención, hacia el niño que todavía llevo dentro y hacia el futuro circunstancialmente despejado de incertidumbres.
(Cuando salí y terminó esa experiencia estuve mucho tiempo vagando en derredor de mi mismo, desorientado y sin música interior. Comprendía que aquello no hubiera podido durar mucho más, pero me hacía darme cuenta del extraño mundo que había ahí fuera).
Es volver a la infancia exploradora pero con muchas características del estado adulto incorporadas. El mundo se cierra sobre sí mismo, acogiéndote cálido, y al tiempo sientes la responsabilidad derivada del hecho de que has sufrido un grave percance y te encuentras asumiéndolo y superándolo.
Sí, mi estancia en el hospital fue una doble llamada de atención, hacia el niño que todavía llevo dentro y hacia el futuro circunstancialmente despejado de incertidumbres.
(Cuando salí y terminó esa experiencia estuve mucho tiempo vagando en derredor de mi mismo, desorientado y sin música interior. Comprendía que aquello no hubiera podido durar mucho más, pero me hacía darme cuenta del extraño mundo que había ahí fuera).
martes, 30 de octubre de 2018
sábado, 27 de octubre de 2018
martes, 23 de octubre de 2018
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