domingo, 4 de noviembre de 2018







La papilla

La estupidización e infantilización generalizadas son norma para este capitalismo de deglución, más que líquido. Estamos ante una carrera de armamentos en la que las armas pesadas son cientos, si no miles de elementos diversos de la vida diaria, reunidos bajo una misma y extraña forma.

Molturados y triturados, forman una papilla que resbala mejor por cualquier gaznate. Se reúnen formando un vector que tiende a discurrir garganta abajo de todos y cada uno de los que conformamos la globalización económica.

Anteriormente, la vida había discurrido por sus cauces inmemoriales, de renuncia, de sueños, de esfuerzo y de escasez. Pero ahora, todo es deglutido fácilmente a mayor gloria del capitalismo felizmente reinante.

No queda nada fuera del sistema, cubre todas las áreas, políticas, económicas, culturales, sociales. Todo se ha economicizado y tasado, reduciéndose a papilla.

No deja de ser paradójico que en el momento de mayor bienestar mundial en términos absolutos, todo se vaya literalmente, por el desagüe. Todo fluye en catarata, cuerpo abajo de cada uno de nosotros.

Y para mejor facilitar la operación, la transposición psicológica del sistema fisiológico-económico es la cada vez mayor estupidez e infantilismo que aquejan a los habitantes del globo.

No se podía esperar otra resultante de la disminución en cascada de los riesgos vitales, y dificultades para insertarnos en el sistema. Con todas sus características de adelgazamiento económico de las clases medias y bajas occidentales. ¿Qué otra cosa se puede esperar de semejante diarrea continua?

Psicológicamente hablando, nos hallamos en el mejor de los mundos posibles, provistos todos de instrumentos de control y adecuación ideológicos, en forma nudamente individual. Sí, me estoy refiriendo a los teléfonos móviles.

En sueños no renunciamos a nada, y vivimos en vigilia en un mundo de ensoñación perpetua, los mundos virtuales. Somos así, felices. Si materialmente, como ya he dicho, puede haber carencias, eso no importa para el durmiente.

La papilla se desliza lenta y fluidamente garganta abajo. Se miniminiza el esfuerzo, se minimaliza la actividad. Esto es importante para poder seguir durmiendo.

Si en el principio fue la Acción, y luego el Verbo, ahora es ...la papilla.






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