miércoles, 29 de abril de 2020
Acompasar el corazón - cuyo latido es marca clara de futuro - con la cabeza - siempre soñando pues en el sueño, sin contacto con el exterior, somos más nosotros mismos -, podría acarrear complicaciones cerebro-vasculares a poco que nos alejásemos de nuestro centro - el centro: si somos, somos hombres que van hacia adelante con sueños en la cabeza -. Así, transitamos peligrosamente, pero, ¿qué otra cosa nos propone la vida?
lunes, 27 de abril de 2020
Un reloj de arena puede representar muchas cosas - desde la pronta llegada de la guadaña hasta un desierto -, pero, ¿te imaginas viviendo en su superficie? Se sucederían innúmeros fines del mundo y creaciones del mundo. Sería una buena metáfora de una eternidad de Big Bangs y Big Crunchs (expansiones y contracciones del universo), salvo por el pequeño detalle de que el reloj de arena no está fuera del tiempo, sino que por el contrario lo mide. Así que, mejor quedémonos con la caída de granos de arena por ese desagüe al aire, que siempre fascinan a la mirada y al alma ¿de arena?
sábado, 25 de abril de 2020
La música tiene su propia temporalidad.
Como explico a continuación, eso hace que la amemos sin angustia.
La angustia se podría definir comunicativamente como no saber qué afecto expresar, y así tener una expresividad manoteante, que se dirige a todas direcciones simultáneamente, luego, estaría en un tiempo propio en cierto sentido.
Si pusiéramos ese tiempo propio surgido de nosotros en contacto con el de la música, nos haríamos incompatibles con ella, no podríamos amarla, pues se establecería una lucha sin cuartel entre ambas temporalidades para decidir cual predominaría.
Esto permite decir que mucha música clásica del siglo XX, que está basada en la angustia, se inhabilita a sí misma, al impedir de por sí que la amemos.
Como explico a continuación, eso hace que la amemos sin angustia.
La angustia se podría definir comunicativamente como no saber qué afecto expresar, y así tener una expresividad manoteante, que se dirige a todas direcciones simultáneamente, luego, estaría en un tiempo propio en cierto sentido.
Si pusiéramos ese tiempo propio surgido de nosotros en contacto con el de la música, nos haríamos incompatibles con ella, no podríamos amarla, pues se establecería una lucha sin cuartel entre ambas temporalidades para decidir cual predominaría.
Esto permite decir que mucha música clásica del siglo XX, que está basada en la angustia, se inhabilita a sí misma, al impedir de por sí que la amemos.
jueves, 23 de abril de 2020
martes, 21 de abril de 2020
La sucesión de los días y de las noches es un pretexto psicológico. El día es un pretexto para que anochezca, para los noctámbulos, y la noche es un pretexto para que alumbre el día, para los demás. Así, la rotación de la Tierra sobre su eje nos incumbe muy poco. Bien está que no nos metamos donde no nos llaman.
domingo, 19 de abril de 2020
El silogismo aristotélico, por ejemplo, se puede entender como la identidad en el tiempo (moviéndose de un punto a otro, como una falange de hoplitas). La música de Bach, por ejemplo, se puede entender de la misma manera (la saturación de notas empuñadas con mano genial de un lado al otro del pentagrama).
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