"El Estado tiene el monopolio de la violencia legítima". Y también
detenta gran parte de la otra, la ilegítima. ¿Cómo distinguir entonces
una de la otra? Diciendo por un rato: "El Estado soy yo", y
atribuyéndonos la justicia por propia mano (simbólicamente) para sentir
en nuestra mente cuál es una y cuál es otra. Luego le devolvemos los
trastos al Estado. ¿Cómo? Votando.
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