El sudor de final de verano nos prepara para los catarros, resfríos y
constipados de cambio de estación, que son, a día de hoy, las señales
más fiables de la llegada del otoño astronómico, y ya casi nunca
meteorológico. Actualmente el otoño es así una cuestión más individual
que colectiva, recogida que expansiva. Al cabo, ¿no es de tal modo como
siempre fue?
No hay comentarios:
Publicar un comentario