Un exceso de medicación habitual puede provocar toxicidad hepática. Puede que te hayan recetado alcohol para soportar la vida. Desconfía del médico, puede que sepa demasiado de ti y eso no es bueno, sobre todo si vas a llevar, a pesar de todo, una vida licenciosa. Y si no vas a descubrir que una vida monótona puede ser el mejor regalo de los dioses, ¿para qué enfangar tu hígado con pócimas alcohólicas de ritmo circadiano cuando puedes hacerlo mucho mejor empastillándote a ritmo de cha-cha-cha?
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