domingo, 24 de noviembre de 2019

- ¿Tenemos hambre?, le dijo el zorro al conejo.
- Desde luego, viejo, le contestó el conejo mordisqueando la punta de una zanahoria.
- Acércate que tengo ricos manjares.
- Mmm..., ¿y por qué no bajas tú a mi madriguera? Es que tengo spleen.
El zorro que nunca había oído tal palabra, le respondió:
- Seguro! Saca la patita por el agujero para que pueda ver mejor la entrada.
- Encantado viejo! Me llamo Bugs.
Y el zorro que ya se abalanzaba se dio cuenta de repente que se encontraba con una pata de palo entre los dientes y despojado de sus ricos manjares.
- Mmm...¿sería acaso una zorrita astuta?, se decía Bugs mientras salivaba ante los presentes del zorro.
- No conejito. Era una zorrita tonta, oyó Bugs desde el otro lado del agujero de su madriguera, con una voz de pito...bueno, algo sopranil habría que reconocer.
- Si te dan en los morros, que sea con la palma abierta, pensó el zorro muy abatido.
Y colorín, colorado, Lonely Tunes se ha acabado.

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