lunes, 16 de noviembre de 2020

El sabio Arago que hacía cosas como medir arcos del meridiano de París, que pasa por la ciudad de Barcelona, allá por los tiempos napoleónicos, se topó de hoz y coz durante sus trabajos con el bandolerismo hispano. Choque de trenes! El fino espíritu francés contra el casticismo español. Arago salió por piernas tras un enredo de vodevil. Años más tarde, la "grandeur" francesa se puso a prueba con el viejo cuento de un almirante que afirmaba haber visto olas de 20 metros. Arago, irónico, bajó los humos al marino replicando que no podía haber olas de más de 7 u 8 metros. El estrépito de la ola al romper se oyó en Santa Elena, donde el emperador agonizaba tras ser trabajosamente envenenado por la pérfida Albión, que, curiosamente, cabalgaba las olas.

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