viernes, 14 de mayo de 2021

La buena vida (o la felicidad de corriente continua, por así decir) suele tener el tono gris de una película de antaño, que ya no se estila pero sigue gustando. Entre la duda (razonable) y la gracia (también la de Dios), ¿será ese el secreto que la mantiene a flote? Ahora que París va a implantar su París Central (peatonal) cabe recordar su escudo de armas en el que campa un barco con el lema "Fluctuat nec mergitur" (fluctúa pero no zozobra). Llamadme romántico trasnochado, pero yo sigo creyendo que es posible la felicidad en París, en cualquier París que habitemos.

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