sábado, 4 de diciembre de 2021

La galleta de la suerte china, ya sabéis, esa que contiene una suerte de predicción o buenaventura, pues...yo creo que la última vez que la comí fue en el restaurante giratorio de la calle Caballero de Gracia. Sí, giratorio... así lo llamamos F. y yo porque es un chino que tiene una cinta rodante por la que circulan las viandas a porciones. Girando...como de un bombo de la lotería sale la suerte (en forma de galleta). Y así, los décimos de la lotería serían las pequeñas galletas de ese rescoldo del absolutismo - pues la lotería es una emanación de la Ilustración - que deglutimos para pasar el mal trago de haber tentado a la suerte, una vez más, y, claro, si te he visto no me acuerdo. El fin justifica los medios, al menos en la tradición política que va desde Roma al final del absolutismo y más allá...así que lo dicho a Fernando III el Santo, que conquistó Sevilla, y no sé si fue él o un sucesor quien le dio aquel lema "NO-DO" ("NO me ha dejaDO"); el nodo del relativismo actual en todos los ámbitos, y en concreto en la ciencia, ¿vendrá del hecho de que se ha tratado de extender y generalizar la racionalización desde el significante al significado del lenguaje? Esto es, la razón, el proyecto del logos fue un asunto de la palabra, pero se ha querido racionalizar también el uso del lenguaje, su función, que es referirse a hechos, la referencia pues. No otra cosa es teorizar o hipotetizar en ciencia. Si el lenguaje no es ya una barrera que contiene, de alguna manera, al mundo, sino que abandona su jerarquía y se mezcla con los hechos, embarrándose...¿Qué queda pues, para masticar y comer, tentando a la suerte (al mundo)?

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