sábado, 18 de mayo de 2024

Al igual que en ciertas cosmogonías antiguas, para mi el mundo es muy simple. Parto del supuesto de que ni lo conozco ni puedo llegar a conocerlo. Y de ahí busco la línea de menor presión cognitiva. Así, para mi el mundo es un agujero. Sencillo, no? Es un agujero que siempre estoy pisando, con lo que todo lo que llevo encima acaba cayendo en él. Sí, los intentos diarios de cambiar el mundo los tiro alegremente al agujero. Los heroicos esfuerzos por sobrevivir día a día, al agujero. La experiencia y la memoria, al agujero. Con lo que siempre estoy en un estado adánico frente al mundo. "Si todo es nuevo, nada se pierde", sería mi lema existencial. Cada día vuelvo a nacer (de un repollo), eso sí, ya mayorcito y hasta medio cascado. Nunca seré un adulto, claro. Con lo que no tengo problemas de adulto. Pues en cuanto asoma lo terrible, al agujero. Claro que tendré que acabar por tirarme yo de cabeza al agujero. Sí, acabaré por morir de éxito.

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