miércoles, 8 de mayo de 2024

Según algunos, no somos libres, al igual que el resto de la Naturaleza, sometidos todos a las leyes y principios que la ciencia intenta revelar. Creo que se trata de un falso dilema el que nos sitúa entre la Escila y la Caribdis de la libertad o la determinación. Porque ser libre significa que la conciencia estipula nuestros pasos. Y la conciencia, para la ciencia, es un homúnculo que supuestamente habita el interior de cada testa humana. Quiero decir que la única representación para la ciencia de la conciencia es, a efectos prácticos, esa. Porque la conciencia, por definición, no puede tener traslación objetiva, al ser, para sus defensores, la clave y cifra de lo subjetivo. Así que la ciencia que intenta estipular las leyes que rigen al mundo - y de paso, a nosotros - se queda muda ante la conciencia. Literalmente no se puede expresar, decir, en términos científicos. Y si no puede ser objeto de discurso - científico - no se puede contraponer en el mismo plano al discurso de la determinación - científico -. Con lo que no se puede plasmar lógicamente el supuesto dilema. Eso no quiere decir, por supuesto, que el debate en la vida nuestra de cada día no siga abierto. Pero, créedme, es perenne o al menos tanto como la vida humana pueda serlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario