jueves, 27 de junio de 2024

Ya hace sus buenos 2.500 años que conocemos las paradojas sobre el movimiento de Zenón de Elea. La tortuga y la liebre que nunca la alcanza, teóricamente, en veloz carrera. O la flecha que, teóricamente, nunca llega a tocar la diana. A mi modo de ver son casos particulares de algo más general, a saber, que la comunicación humana mediante el lenguaje es siempre imperfecta. Los animales no humanos y la divinidad, en cambio, conocen la comunicación completa, perfecta. He vuelto muchas veces sobre esta cuestión. Es una característica del lenguaje verbal humano que hace, por ejemplo, que nunca podamos concluir, que siempre podamos decir algo más. Y esa divergencia entre la acción humana y el lenguaje verbal que, supuestamente, la subtiende y le da sentido, ese "gap" nunca cerrado, es lo que nos da tiempo, psicológico y conceptual, para reconstruir una y mil veces, indefinidamente, la realidad. La flecha que nunca da en la diana inicia un viaje hacia lo infinitamente pequeño, rebotada de no poder rozar el infinito que se abre a la teoría, a su explicación por medio del lenguaje verbal y que es un límite inalcanzable para este. Somos inteligentes porque podemos ser imperfectos, lo que está vedado al resto de los animales y a la divinidad.

lunes, 17 de junio de 2024

"La démangeaison", el prurito en traducción libre. Sí, yo recuerdo de otros años, otros veranos, las molestias de piel en varias zonas (pies, tobillos, sobre todo). Pero desde hace un tiempito, nada de nada... Oye, qué maravilla, no! Pues, no sé. Porque me doy cuenta de que mi metabolismo se va ralentizando cada vez más. Y si ahora es así, qué será en 10 años...! El amigo José María, que tiene 74, me dice que el radio de su accionar se restringe cada vez más. Lo mismo le pasa al amigo Ezequiel, de 72. Yo tengo 10 menos. Así que cada vez me queda menos vida útil. Pero por otra parte, y para qué? Hoy mi madre, al teléfono, me decía que en Madrid hay muchas cosas (espectáculos de calle), y yo le contestaba, a mi no me gusta eso. Cada vez tengo menos ganas de chocar, de darme encontronazos con el mundo, que eso es de lo que se trata cuando decimos que vivimos, que hacemos cosas... Y si tenemos en cuenta que según otra versión, soy un cactus reseco del desierto...pues no hay mal que por bien no venga.

viernes, 7 de junio de 2024

Siempre hay al menos 2 opciones ante cada situación pues el lenguaje verbal es fundamentalmente binario (si-no) ya que no hay creación ex-novo. Al hablar, por ejemplo, si afirmo algo estoy "royendo" de alguna otra porción de realidad la materia, ni que sea conceptual, con que construyo mi afirmación. Hablar, y hacer, es siempre reconstruir. Así, se levantan siempre a la vista lo construido y los montoncitos de escombros de los que he tirado para construir. Al afirmar, implícitamente, tengo por delante lo afirmado y también lo negado, conformado este por lo derruido que he utilizado. Es otro ejemplo del principio de acción-reacción que me parece la herramienta básica de lo humano. Esto da al ser humano una incompletitud esencial pues nunca se acaba de "cerrar" una opción. Y ser incompleto es así la marca de la casa humana. Ser incompleto, imperfecto, sin acabar nunca es lo que permite, seguramente, que hayamos podido conceptualizar el tiempo y, de paso, cualquier otro concepto. Para ser fiel a mi mismo no puedo aspirar a la perfección. Con lo que fallar y errar son el emblema de mi vida. Si no puedes es que estás vivo.