lunes, 13 de abril de 2020
Con la difusión instantánea de informaciones de todo el mundo, uno ya no sabe, a ciencia cierta, si la erupción del Krakatoa ha tenido lugar en la Sierra de Madrid o a 100 kilómetros de Yakarta. Con lo que los mocos de la civilización occidental se difunden a velocidad de tormenta tropical por todas partes. Ello comporta asimismo que África y China se apelotonen a nuestras puertas. Una cosa que no sabemos, como Santo Tomás, es si tienen mocos.
sábado, 11 de abril de 2020
jueves, 9 de abril de 2020
martes, 7 de abril de 2020
domingo, 5 de abril de 2020
El entorno de los humanos es poco más o menos como el de los animales. Se reduce al hogar, al trabajo y a las relaciones sociales de barrio, diarias. No requiere de imaginación, por eso es tan repetitivo y estable. Los animales casi no necesitan la imaginación. Los humanos, sí, para dar forma y contenido al conjunto de estructuras sociales que cada día van naciendo de nuevo y llenándose con aquella. La vida humana, tal como la conocemos, sería imposible sin capacidad de imaginar entornos secundarios o terciarios, ya no por contacto directo, sino por memoria. Somos animales que imaginan, y nos imaginamos que somos el homo imaginarius.
jueves, 2 de abril de 2020
Las huellas de un animal nos recuerdan a este, esa impronta física es, en sí misma, un nombre que tiene como referente a ese animal. Todo lo que nos rodea se ha convertido en lenguaje mediante recursos que, tomados del lenguaje verbal, podemos llamar metáforas, imágenes, metonimias, correspondencias, unas veces es lenguaje inconsciente y otras es consciente. El mundo se ha convertido en la linguosfera, en la que todo habla. Y hay tantas linguosferas, superpuestas, como hablantes, pues cada uno disponemos de un lenguaje inconsciente propio. En la poesía y la literatura disponemos, además, de uno consciente.
miércoles, 1 de abril de 2020
El Ser aparece con Parménides y es una bola. En la esfera del Ser empezamos a estar ensimismados, pero son las palabras, el lenguaje, lo que recubre a la esfera del Ser con una red, una malla comprensible.
Sólo mucho más tarde aparece el análisis del lenguaje, entendido como puerta de entrada a lo que es. Un atisbo iniciático lo dieron los primeros gramáticos alejandrinos.
Pero la filosofía abordaría el análisis del lenguaje bastantes siglos después.
Al parecer, el virus del no-ser también es esférico, aunque con entrantes y salientes, lo que nos retrotrae al tiempo antiquísimo de Parménides en un viaje de ida y vuelta abierto a los contratiempos de rigor.
Sólo mucho más tarde aparece el análisis del lenguaje, entendido como puerta de entrada a lo que es. Un atisbo iniciático lo dieron los primeros gramáticos alejandrinos.
Pero la filosofía abordaría el análisis del lenguaje bastantes siglos después.
Al parecer, el virus del no-ser también es esférico, aunque con entrantes y salientes, lo que nos retrotrae al tiempo antiquísimo de Parménides en un viaje de ida y vuelta abierto a los contratiempos de rigor.
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