El Ser aparece con Parménides y es una bola. En la esfera del Ser empezamos a estar ensimismados, pero son las palabras, el lenguaje, lo que recubre a la esfera del Ser con una red, una malla comprensible.
Sólo mucho más tarde aparece el análisis del lenguaje, entendido como puerta de entrada a lo que es. Un atisbo iniciático lo dieron los primeros gramáticos alejandrinos.
Pero la filosofía abordaría el análisis del lenguaje bastantes siglos después.
Al parecer, el virus del no-ser también es esférico, aunque con entrantes y salientes, lo que nos retrotrae al tiempo antiquísimo de Parménides en un viaje de ida y vuelta abierto a los contratiempos de rigor.
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