lunes, 26 de febrero de 2024

La violencia legítima (esto es, la detentada por el Estado: policía, ejército...) equilibra, en una sociedad sana a la violencia ilegítima (delincuencia). En tal caso, hay paz social, justicia social y bienestar social. Si la violencia legítima es menor a la ilegítima, hay desestructuración social. Y si es superior, la sociedad es una tiranía. Cuando hay equilibrio se aplica un principio de Arquímedes social.

lunes, 19 de febrero de 2024

Yo creo que ser rey, o miembro de una familia real, lo ilustra bastante bien el siguiente chiste de hace unos años. Felipe, que entonces era príncipe, va y le dice a su madre: ¡Mamá, mamá, soy guey, soy guey!. Y la Reina, con su bronco acento germánico, le dice: No, hijo, el guey es tu padre, yo soy la gueina y tú eres el príncipe. Así se las ponían a Felipe II (o Carlos III, o Fernando VII). Los pobres mortales de a pie, en cambio, tenemos que vivir, o sea, tenemos que darnos de cabezazos contra la pared porque vivir, si es algo, es un contratiempo. Y un chiste que nos contamos unos a otros.

lunes, 5 de febrero de 2024

El lenguaje verbal no llega a conclusiones, en general. Por definición, siempre se puede seguir hablando. A diferencia de la comunicación entre animales no humanos que alcanza la comunicabilidad perfecta (ya que no hay más de lo que se "dicen" unos a otros), la utilización del lenguaje verbal comporta siempre la imperfección pues no llega a conclusiones. Prueba a intentar "cerrar" un diálogo (hablo hipotéticamente) y se te abrirán de inmediato varias vías de agua por las que mana un hilillo de comunicación (todo lo que se podía haber dicho y no fue dicho). Siempre se puede añadir, o sustraer, alguna parcela comunicativa, en cualquier diálogo. Puesto que no se llega a conclusiones no se puede "salir" del lenguaje verbal. Es, así, un ámbito cerrado (sobre sí mismo) a diferencia del lenguaje de los animales no humanos. Por decirlo metafóricamente, el lenguaje verbal utiliza la fuerza de la gravedad, tiene masa; mientras que el lenguaje de los animales no humanos es pura energía.

sábado, 27 de enero de 2024

Tengo más de 60 años. Y vivo con un moderado optimismo que considero es la postura ante la vida más cabal para hacer frente, e intentar compensar, la avalancha de contratiempos y miserias vitales que siempre acechan. Sí, pero... Leí hace un par de días una entrevista al escritor Eduardo Mendoza a quien siempre he tenido en gran estima. Este hombre ronda los 80 años. Y me quedé sorprendido al leer que considera que la vida es una pérdida. De tiempo, de energías y de posibilidades reales. En un primer momento mi reacción fue echar por tierra al ídolo literario pero he recapacitado al estimar que a su edad seguramente no queda mucho para alcanzar, de verdad, el horizonte. Y, en consecuencia, el registro vital está casi agotado. Todos pensamos que asumimos la decadencia que se producirá en una edad avanzada pero yo no la tenía verdaderamente muy en cuenta. A 20 años vista de dejar de creer en el horizonte como utopía.

miércoles, 17 de enero de 2024

Como nadie es capaz de predecir el futuro, por definición cuántas más alternativas de futuro se supongan, menores probabilidades hay de que ocurra "algo" realmente en el futuro. Así que, en el último siglo y medio ha aumentado grandemente la potencia de la realidad del presente. Con lo que ha aumentado la capacidad de desalojo del futuro. Como nadie puede decir cual es la capacidad total del futuro, no se sabe si lo achicamos o menguamos significativamente. El límite, desde luego, sería la oclusión del futuro con lo que se cancelaría la evolución humana en un período dado.

viernes, 5 de enero de 2024

Para el ser humano solo hay dos clases de cosas en este mundo, narración y acción. El movimiento y la quietud, son las dos caras de la acción y la narración es la palabra que dando vueltas insensiblemente sobre el mismo punto va trazando surcos de movimiento a quietud y viceversa. En otros términos, es el movimiento dialéctico que mueve el sí y el no, yendo y viniendo incansablemente de uno al otro. El movimiento y la quietud son dos emblemas de lo infinito en tanto sus lugares son, por ejemplo, infinitamente divisibles. La ciencia con su acumulación de conocimiento cierto (y su corolario la tecnología) es lo que ha permitido al independizarnos de la naturaleza hasta cierto punto, que la narración se vuelva relativamente autónoma, relegando a la acción a mero soporte instrumental. ¿Pero si la narración vuela sola, qué será del conocimiento? De la ciencia racional a la ciencia mítica. Si se consolida este despegue de la narración en unos pocos siglos se ahogaría a la ciencia con lo que tendríamos 500 o 1000 años de edad oscura. Es posible que después, en un movimiento de síntesis retornase la ciencia sobre una base quizá más amplia y así sucesivamente, en ciclos que son propios del tiempo mítico. Con lo que la ciencia racional sería un momento dentro de otro más amplio de ciencia mítica. No del mito al logos sino el logos, un mito. Como nadie puede predecir el futuro, estoy seguro de que no será así.

lunes, 4 de diciembre de 2023

España no es un estado de derecho. En primer lugar porque no hay igualdad ante la ley. En efecto, desde la aprobación de la nueva legislación feminista los hombres acusados de un delito de violencia de género tienen que demostrar su inocencia. Se invierte así la carga de la prueba, conculcándose el principio de ser inocente mientras no se demuestre lo contrario. Las mujeres en España disponen así de un privilegio legal respecto de los ciudadanos varones. Si no hay igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, estamos en un Estado con porciones de la población privilegiadas legalmente, lo que nos retrotrae al sistema del Antiguo Régimen. En segundo lugar, en España hay una acumulación estratificada de leyes, decretos y normas legales de distinto rango que se superponen a lo largo de los dos últimos siglos, creándose un entramado legislativo en el que, muchas veces, es posible encontrar una norma que diga "A" y otra que afirme "no A", igualmente vigentes ambas. Con lo que los jueces pueden decidir sobre un mismo asunto en formas diametralmente opuestas, estando ambas decisiones legales amparadas por la ley. Así, de facto, en multitud de asuntos, los jueces pueden decidir arbitrariamente sus sentencias, con lo que no es de extrañar que, cierto día, Alfonso Guerra dijera que la separación de poderes estaba superada. Efectivamente, España no es un estado de derecho. Es nuestro Estado, pues, un híbrido entre el Antiguo Régimen y el Estado moderno. Alguna vez se dijo que España es un Estado social y democrático de derecho. Creo que se puede acortar la definición y decir: "España es, (actualmente), un Estado social."