jueves, 31 de enero de 2019
sábado, 26 de enero de 2019
miércoles, 23 de enero de 2019
Hacer tintinear un vaso con una cucharilla de metal es tocar la fanfarria -modesta- que preludia la entrada de los combatientes a la logomaquia de sobremesa.
Siempre se discute sobre palabras porque si se discutiese, de verdad, sobre el fondo de una cuestión, sacaríamos agua clara del pozo de la incomunicación.
Y no, la cualidad esencial de la vida en sociedad es una perenne incomunicación como escenario y escenografía, ante la que se desarrollan rituales de encantamiento (palabras, gestos, amagos de) ya muy conocidos, y por lo mismo, apaciguadores.
Siempre se discute sobre palabras porque si se discutiese, de verdad, sobre el fondo de una cuestión, sacaríamos agua clara del pozo de la incomunicación.
Y no, la cualidad esencial de la vida en sociedad es una perenne incomunicación como escenario y escenografía, ante la que se desarrollan rituales de encantamiento (palabras, gestos, amagos de) ya muy conocidos, y por lo mismo, apaciguadores.
martes, 22 de enero de 2019
viernes, 18 de enero de 2019
Así como la risueña vid preludia una alegría natural, el instinto de Europa preludia una gran transformación. La muerte encontrará la vida y todos nosotros, como pequeños insectos, arderemos en los rayos del nuevo estío. (A menos que el destino, en forma de hombre del tiempo providencial, nos conduzca a una melindrosa primavera).
jueves, 17 de enero de 2019
- ¡Agua va!
Y llovió en las profundidades.
Poco a poco, los niveles hormonales subieron y la continencia volvió a reinar sobre la meteorología corporal.
- ¡Usted es un auténtico visionario! Un Savonarola de la vida diaria.
- Poco a poco, hijo mío, piano piano.
(Los medios de comunicación de masas le tironeaban para comprarle la exclusiva).
Andaba ahora vestido con una piel de cordero.
- ¡Usted sí que sabe!
- Sí, pero ahora uso desodorante y francamente...no es lo mismo.
(Decía esto mientras se rascaba por debajo de la piel de cordero).
Y fíjese, se me está oscureciendo la piel.
(Ahora tenía pelaje de lobo o asimilado).
- ¡Eso no es nada, pelillos a la mar!
(Y se deshacía de pequeñas guedejas de entre los dedos).
- ¡Lluvia, mi dorada lluvia, por qué me has abandonado!
Y llovió en las profundidades.
Poco a poco, los niveles hormonales subieron y la continencia volvió a reinar sobre la meteorología corporal.
- ¡Usted es un auténtico visionario! Un Savonarola de la vida diaria.
- Poco a poco, hijo mío, piano piano.
(Los medios de comunicación de masas le tironeaban para comprarle la exclusiva).
Andaba ahora vestido con una piel de cordero.
- ¡Usted sí que sabe!
- Sí, pero ahora uso desodorante y francamente...no es lo mismo.
(Decía esto mientras se rascaba por debajo de la piel de cordero).
Y fíjese, se me está oscureciendo la piel.
(Ahora tenía pelaje de lobo o asimilado).
- ¡Eso no es nada, pelillos a la mar!
(Y se deshacía de pequeñas guedejas de entre los dedos).
- ¡Lluvia, mi dorada lluvia, por qué me has abandonado!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)