Hacer tintinear un vaso con una cucharilla de metal es tocar la fanfarria -modesta- que preludia la entrada de los combatientes a la logomaquia de sobremesa.
Siempre se discute sobre palabras porque si se discutiese, de verdad, sobre el fondo de una cuestión, sacaríamos agua clara del pozo de la incomunicación.
Y no, la cualidad esencial de la vida en sociedad es una perenne incomunicación como escenario y escenografía, ante la que se desarrollan rituales de encantamiento (palabras, gestos, amagos de) ya muy conocidos, y por lo mismo, apaciguadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario