Desde Julio Verne hasta Gandhi, más o menos, hay un arco temporal que preanuncia la televisión. Ese sueño, en technicolor, que niega el blanco y negro, nos permite atisbar, y hasta oler, la inocencia inteligente, ya definitivamente perdida, en nuestro devenir histórico reciente.

Leer más, soñar menos...la ilusión de un pragmático. Leer más, soñar más grande...la realidad de un soñador. Tanto monta, monta tanto.

No hay suerte, hay oportunidades, a corto, a medio y a largo plazo.

Es paradójica la vida humana. Una forma de ejemplificarlo sería decir que es el lugar donde el tiempo y la eternidad se enlazan. ¿Contradictorio? Soñamos un sueño eterno...

- La solución es la huelga.
- ¡A la huelga! ¡A la huelga general!
Y se echaron a dormir en plena holganza absoluta.
(Ya no despertaron salvo para seguir durmiendo)

Acción-reacción: soplar las velas de los cumpleaños y hacer que una luz se apague. Es el sino de ganar (o de perder) años.
Y hablando de quien no cumple años...¿Cuál es el colmo del optimismo? Que Dios diga: "¡hágase la luz!", en un agujero negro.

Quién no arriesga, no ama.