jueves, 28 de enero de 2021
La Historia es siempre contar historias, narrar. Desde hace dos siglos, algunas de esas historias contadas aspiran a la totalidad, en una suerte de totalitarismo intelectual. A cargo de tales maestros pensadores, -cuando en realidad del pensamiento se es siempre aprendiz-, esas historias totales de la Historia devienen pura Histeria. Un grito en la noche de la razón será entonces todo lo que quede de esas fantasías. Y en consecuencia, bibliotecas enteras arrumbadas en el contenedor de la esquina a cada nueva acometida de un nuevo maestro pensador. La totalidad humanística se desmigaja en entropía: pura basura pues.
miércoles, 13 de enero de 2021
Los verdes y los azules eran los colores de los dos equipos principales que competían en el Hipódromo de Bizancio. Y también los nombres de sus partidarios correspondientes, que dividían a la ciudad en dos banderías irreconciliables por siglos. Curiosamente, esta mañana al ir a comprar a la farmacia, el farmacéutico me habló del origen del color azul, que sí, han oído bien, es histórico, invención humana. Parece ser que durante siglos o milenios, la humanidad agrupaba el espectro lumínico de forma tal que obviaba un espacio para el "azul". Así, me recordaba este hombre, Homero no habla nunca de mar azul, sino negro. "¿Y cómo harían con el cielo?", no le dije. Ya de vuelta a casa, inquirí a google y parece que los primeros que consiguieron un pigmento azul fueron los egipcios. Así que hasta época histórica muy reciente no hubo azul. Los bizantinos, que eran unos griegos disfrazados de romanos, tenían sus buenos problemas con el azul, pero eran, ya, políticos y no existenciales, como dos milenios antes. Algún sacerdote egipcio habrá sido el primero en ver el cielo azul. Fue sin duda un gran paso para la humanidad.
sábado, 2 de enero de 2021
Érase que se era un señorío feudal, en unos valles pirenaicos, cuyo dominio compartían dos señores, uno eclesiástico (el poder temporal de la Iglesia ha sido proverbial, recordar al príncipe-arzobispo elector de Colonia, en cuya catedral deberían estar, si non e vero..., los mismos Reyes Magos), el obispo de la Seo de Urgel, y otro civil, el conde francés de Foix (los famosos Toulouse-Lautrec, uno de cuyos últimos vástagos fue el pintor inválido del mismo nombre). Pongamos que hablo de Andorra. Los dos co-príncipes tenían la soberanía de los valles.
El primer cambio notorio fue la asunción por Napoleón del señorío francés en 18..En ese señorío se han sucedido todos los presidentes de la República franceses.
El segundo cambio de importancia fue la muy reciente constitucionalización del Principado con el consiguiente tardío paso del Antiguo al Nuevo Régimen. Así que Andorra es una suerte de reloj histórico mal compuesto que da la hora, y los cuartos, mal que bien.
Como siempre ha convenido a los andorranos que, cucos ellos, de siempre han sabido sacar buena tajada del asunto, haciéndose los remolones políticos para mejor medrar económicamente a la vera de la doble frontera franco-española.
Sin necesidad ahora de bajar al ras de los cartones de tabaco de contrabando que por luengos años han cruzado a España, sí intentar hacer pasar lo antedicho por un modesto cuento de Navidad, en el que harían de Mr. Scrooge los probos andorranos y de espíritus de las Navidades los hados que en forma de señores feudales han sobrevolado el cotarro por siempre.
Y así, colorín colorado este cuento tiene tanto porvenir como contante suena en los bolsillos de algunos.
domingo, 20 de diciembre de 2020
¿Qué será la bondad que en Navidad abunda y en mayo, por ejemplo, escasea? ¿Es una planta herbácea o una mala yerba? Me inclino por lo segundo. Como las malas yerbas bastardea los campos e impide la floración de algunas plantas comestibles. La bondad, ella, no se come -hipócrita vegetal. ¿Pues que, si el rótulo de bondad se cae? ¿Impedirá eso que nos comamos los codos pensando en cómo demonios florecer? Porque lo importante es que seamos comestibles para algún morador situado por encima de nosotros en la cadena alimentaria.
(Las ilusiones pequeñas se caen, las ilusiones tienen que ser grandes para poder sostenerse)
miércoles, 9 de diciembre de 2020
sábado, 28 de noviembre de 2020
Catalina II, la Grande, tenía bajo su mira, literalmente, a un cosaco, el cual, desde la planta inferior a la noble y a través de un orificio practicado al efecto, con una escobilla limpiaba el real trasero tras defecar. No consta en las crónicas que el cosaco tuviera visiones extáticas con aquellas sacras heces. Pero un siglo antes, el filósofo Spinoza escribía a su amada apasionadas cartas en las que expresaba la trascendencia espiritual que le proporcionaba pensar, y meditar, en las heces de su prometida. Así pues, ¿qué tendrá la mierda cuando vale, literalmente, su peso en oro? Freud hablaría de una regresión a fase anal. Bla, bla, bla... En realidad es mucho más simple. La mierda es el primer objeto de intercambio del bebé y, por tanto, el emblema secreto de todas las transacciones comerciales. Se dice que el avaro no puede comerse su oro, tampoco debería alimentarse de la mierda.
lunes, 16 de noviembre de 2020
El sabio Arago que hacía cosas como medir arcos del meridiano de París, que pasa por la ciudad de Barcelona, allá por los tiempos napoleónicos, se topó de hoz y coz durante sus trabajos con el bandolerismo hispano. Choque de trenes! El fino espíritu francés contra el casticismo español. Arago salió por piernas tras un enredo de vodevil. Años más tarde, la "grandeur" francesa se puso a prueba con el viejo cuento de un almirante que afirmaba haber visto olas de 20 metros. Arago, irónico, bajó los humos al marino replicando que no podía haber olas de más de 7 u 8 metros. El estrépito de la ola al romper se oyó en Santa Elena, donde el emperador agonizaba tras ser trabajosamente envenenado por la pérfida Albión, que, curiosamente, cabalgaba las olas.
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