viernes, 24 de enero de 2025
Es la primera vez en casi 500 años que el centro peninsular tiene capacidad de contrapesar económicamente a la periferia. La región del gran Madrid pesa más que el primer periférico, Cataluña. Hasta el siglo XVI el centro, Castilla, tenía mayor importancia económica que la Corona de Aragón, grosso modo el arco mediterráneo. La balanza se decantó claramente en el siglo XVIII y desde entonces había seguido así. El gran Madrid no solo incluye la región de Madrid sino también casi todas sus provincias limítrofes: Toledo, Guadalajara, Ávila, Segovia y, en menor medida creo, Cuenca. Están muy imbricadas y forman en alguna medida un conurbano, conectado por AVE con lo que seguramente, de aquí a poco, el halo madrileño se extenderá a Salamanca y quizá Valladolid, configurando en esencia otra vez el núcleo de Castilla. Es un vuelco histórico de gran importancia y una de sus primeras consecuencias, a largo plazo, será un mayor peligro para la unidad de España. Hasta ahora había tendencias centrífugas, independentistas, en algunas zonas pero ahora ya despunta entre los habitantes del interior un mayor desapego y despreocupación hacia las veleidades independentistas de alguna región. Claro es, se sienten más seguros de sí mismos y fuertes y empiezan a pensar que no necesitan ni siquiera económicamente a los díscolos que quieran separarse. A partir de ahora puede que Castilla deje voluntariamente de llevar las riendas de España. Quedamos emplazados para algún momento del futuro...Quien vaya a poder verlo.
sábado, 11 de enero de 2025
Ya bastante antes del Brexit, en Reino Unido eran muchos los que pensaban que los europeos continentales no les querían, les tenían envidia o cuando menos, cierta tirria. Es posible que esta presunción de mala fe hacia los europeos tuviera origen en la forma en que Inglaterra perdió su imperio colonial. A diferencia de España, por ejemplo, que perdió el suyo sin medias tintas ni paliativos en el primer cuarto del siglo XIX, ¿se podría fijar claramente una fecha para la que Inglaterra perdió el suyo? Sí, era ya otra época y los flujos económicos del capitalismo permitían y propiciaban un engarce entre antiguas colonias y metrópoli que hace mucho más difusos los límites entre colonialismo y simple paternalismo económico. Así, Gran Bretaña forjó, en un santiamén, la Commonwealth o Comunidad de Naciones. De esta forma, ante un Imperio que es y no es al mismo tiempo, la ambigüedad psicológica en que resulta para los británicos podía quedar mitigada si empezaba a presuponerse en el otro por antonomasia que son los europeos continentales, una animadversión manifiesta, producto, supuestamente, de la envidia y resquemor ante el poder y la gloria inglesa. Si ladran, cabalgamos, en este caso sobre las olas. Pero la consecuencia de estos años continuados de no querencia continental llevó, de rebote, a odiar a los odiadores, y tiro porque me toca, al Brexit. Con lo que ahora, Reino Unido está solo ante el peligro otra vez, pero sin el amortiguador de un imperio colonial realmente existente. Parece que cerrar en falso el necesario trauma ante la pérdida de las colonias ha llevado a Gran Bretaña a tomar el camino equivocado...Quién sabe, muchas vueltas da la historia.
domingo, 22 de diciembre de 2024
La Navidad, ¿me gusta o no me gusta? El solo hecho de plantearlo indica que ambas opciones están bastante equilibradas. Debido a mi memoria de pez, yo nunca he acumulado inquinas o rencores de larga duración. Así que, si tuviera algún trauma infantil hacia la Navidad no ha perdurado en el tiempo. Y la Navidad con todos sus ritos incluso laicos me atrae por ese lado de costumbre, de hábito, de rutina, que tanto me gusta. Además, están las luces, los adornos, abalorios que tanto me encandilan con ingenuidad controlada. Definitivamente, la balanza se inclina del lado de Papá Noel, que no de los Reyes Magos pues esa fecha está ya en los arrabales de la Navidad. Comer un poco mejor que de costumbre sin excesos, que ya a mi edad es fácil controlarse, me propulsa casi todos los años a un sueño propicio para encarar los días y meses sucesivos. Sí, la Navidad es un pequeño bálsamo de Fierabrás que hay que aplicarse sin pensar que no nos llegan los pies al suelo desde la silla de la infancia que vuelve por unos días casi insensiblemente.
martes, 10 de diciembre de 2024
¿Alguien, no inmortal, quiere optar a la categoría de Ser Superior? Siempre he pensado que una persona humana, tomada como totalidad esto es, a efectos prácticos, la totalidad de su vida, es inconmensurable con cualquier pensamiento aislado o concentrado, hablando en plata: con lo que piense otra persona de ti. Así, siempre defiendo que no tiene sentido preguntar por el sentido de mi vida puesto que el sentido es una cuestión humana y no natural y creo por tanto que solo se puede aplicar a porciones de mi vida, pero no a la totalidad (las porciones de mi vida son cuestiones humanas, no así la totalidad de mi vida que solo es escrutable por algún elemento extra-humano). La totalidad de mi vida es un elemento de la Naturaleza que solo se puede interpelar por algún elemento de la Naturaleza y aplicando criterios naturales, no humanos. El sentido, o desde otro punto de vista, la justicia de mi vida (en su totalidad) no tiene cabida en el ámbito de lo natural pues lo que sea justo o injusto es una cuestión humana, no natural. Y, tras decir esto, ninguna otra persona puede alzarte a la categoría de Ser Superior, o denigrarte a cualquier otra categoría moral. Entiendo que este es el meollo de la cuestión pues no tiene ningún valor auto-aplicarse a uno mismo el rótulo de Ser Superior. Cambiando un poco de rasante, la moralidad de una persona depende en gran medida de sus circunstancias y eso convierte a cada persona en un mundo, en una mónada de Leibniz, incomparable con otra persona, que tiene, a su vez, sus propias distintas circunstancias. Así que, amigo-a lector, no te compares con nadie. Tú solo puedes, creo yo, ser el juez, si te apetece, de ti mismo.
sábado, 30 de noviembre de 2024
La memoria puede ser un territorio ignoto poblado por dragones como en aquellos antiguos mapas que rotulaban sobre tierras inexploradas "hic sunt draconi". Y se te pueden comer? Bueno, todo puede ser en este mundo pero creo que lo más probable es que te sientes amigablemente a su mesa. No estoy pensando solo en olvidos, lagunas mentales y otras pre-senilidades sino también en el maelstrom (remolino gigantesco a la altura de las islas Lofoten) que conforma el eterno retorno de mis relativamente pocos esquemas mentales memorísticos. Sí, casi siempre tiendo a tener, una y otra vez, los mismos pocos recuerdos que me ayudan a componer el tiempo cíclico en el que me siento a gusto. Eso me da mucha estabilidad mental, al menos en lo que se refiere a mis estados de ánimo. Casi siempre estoy en mi línea-base emocional, ni más alto, ni más bajo. Como no tengo futuro o al menos planes de futuro, pues eso me coloca de bruces en el puritito presente. Esto ratifica mi querencia por el tiempo cíclico, el de los pueblos primitivos que viven una y otra vez ciclos de lo mismo. Mis hitos o tótemes son tan laicos y prosaicos como un ángulo de visión desde el sofá cubierto con mantita escuchando música, en el que recaigo muy a menudo. O bien, la llama de la velita que prendo cada tarde invariablemente. Soy un hombre previsible, diréis. Y es cierto. Pero sabéis? Eso me permite descolocar totalmente a quien me observe cuando, de repente, me salto mis perennes rutinas. Hay que guardarse algún as en la manga...
martes, 19 de noviembre de 2024
Hablando en términos biológicos, somos unos sacos de mierda, de diferentes tamaños. Hablando en otros términos, somos física y química. Estamos sometidos a procesos y sistemas físicos y químicos, que no controlamos, y que moldean nuestros comportamientos, nuestras emociones y sentimientos y nuestros pensamientos. Los seres vivos tienen un truco para intentar solventar esta cuestión. Y es vivir bajo hábitos, costumbres, esquemas de comportamiento repetitivos, que se aplican tanto individualmente como, en el caso de los animales sociales, colectivamente y, en el caso de los humanos, modificando físicamente el entorno. Con lo que, al estabilizarse en alguna medida el entorno, los sistemas químicos y físicos adscritos a este se estabilizan también en cierta medida. Y así nos volvemos predecibles. La lucha por la supervivencia es, de algún modo, una lucha por el conocimiento del medio.
martes, 12 de noviembre de 2024
La agenda política discurre muchas veces entre utopías sociales. Desde el feminismo 2.0 hasta el ecologismo y animalismo 2.0. Yo las llamo utopías Nescafé pues son utopías sociales instantáneas. Esto es contradictorio pues la utopía siempre tiene un horizonte ilimitado, está orientada siempre a lo que queda por venir. Sin embargo, las utopías sociales de hogaño se considera por parte de sus promotores y adeptos que ocurren en lo inmediato, tienen que ser para ya, para ahora mismo. Así, lo que debe ser, siempre por definición tan lejos de lo que realmente es, no se admite que no esté plenamente vigente ya. Psicológicamente, genera claro está una frustración que lleva al resentimiento hacia todo y todos. Con lo que de rebote solo queda uno mismo, el interfecto puro de alma y henchido de gran corazón, como objeto irreprochablemente deseable. Narcisismo y egocentrismo es a lo que se ven abocados, a menudo, los creyentes en las utopías Nescafé.
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