martes, 10 de diciembre de 2024
¿Alguien, no inmortal, quiere optar a la categoría de Ser Superior? Siempre he pensado que una persona humana, tomada como totalidad esto es, a efectos prácticos, la totalidad de su vida, es inconmensurable con cualquier pensamiento aislado o concentrado, hablando en plata: con lo que piense otra persona de ti. Así, siempre defiendo que no tiene sentido preguntar por el sentido de mi vida puesto que el sentido es una cuestión humana y no natural y creo por tanto que solo se puede aplicar a porciones de mi vida, pero no a la totalidad (las porciones de mi vida son cuestiones humanas, no así la totalidad de mi vida que solo es escrutable por algún elemento extra-humano). La totalidad de mi vida es un elemento de la Naturaleza que solo se puede interpelar por algún elemento de la Naturaleza y aplicando criterios naturales, no humanos. El sentido, o desde otro punto de vista, la justicia de mi vida (en su totalidad) no tiene cabida en el ámbito de lo natural pues lo que sea justo o injusto es una cuestión humana, no natural. Y, tras decir esto, ninguna otra persona puede alzarte a la categoría de Ser Superior, o denigrarte a cualquier otra categoría moral. Entiendo que este es el meollo de la cuestión pues no tiene ningún valor auto-aplicarse a uno mismo el rótulo de Ser Superior. Cambiando un poco de rasante, la moralidad de una persona depende en gran medida de sus circunstancias y eso convierte a cada persona en un mundo, en una mónada de Leibniz, incomparable con otra persona, que tiene, a su vez, sus propias distintas circunstancias. Así que, amigo-a lector, no te compares con nadie. Tú solo puedes, creo yo, ser el juez, si te apetece, de ti mismo.
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