lunes, 2 de julio de 2018

Quería obtener resultados y deshacer entuertos con su pareja. Así que encerró al perro en su habitación con los 53 peluches y muñecos. Este procedió a su destrucción metódica y radical. Cuando su pareja regresó a casa, aliada natural del perro puesto que veía en los muñecos rivales del tiempo pasado, ella supo que tendría que encerrarse en el baño a llorar largamente y de forma compungida, para celebrar con amargura la victoria final.

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