La
muerte es el gran silencio ante todas nuestras preguntas, pero raramente
consideramos eso como una respuesta, antes bien preferimos cualquier
ruido, aunque sea el de la tapa del ataúd al cerrarse.
El
lanzador de cuchillos en el circo de la vida, ¡qué imagen para vivir
peligrosamente salvo! (piensa la mujer del lanzador bordeando
peligrosamente la sonrisa).
Sufriendo, se sufre menos.
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