Si consigues mirar tu vida, podrás encontrar los fruncidos o los
zurcidos que cosen los momentos de felicidad a tu piel. Y así, poco a
poco, tu mirada te enseñará un patrón que seguir, o reseguir, si no para
lograr la felicidad a medida, al menos para tener acceso a una
felicidad prêt-à-porter que, lo descubrirás enseguida, se encuentra en
la propia mirada que busca.
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