jueves, 25 de abril de 2024

Mi vida se puede leer como una novela (por ahora inacabada). Y, al igual que Rayuela, no hay un modelo único para armarla. Hay, creo, 2 o 3 ideas-fuerza que permiten montarla. Pero igual sería más interesante, caso de que tuviera algún lector, seguir el curso de minucias, futesas, a las que se puede dar la importancia que se quiera. En cualquier caso, no creo poder decir que mi vida es mía. Entiéndaseme, en tanto que ser social, mi vida tiene muchos fusibles y engranajes que la hacen funcionar y no muchos dependen exclusivamente de mi. Soy una persona mediocre moral e intelectualmente, en el sentido de que, funcionalmente, mi vida no destaca por nada especial. Cuando muera un amigo dice que todo irá al contenedor. Mis libros, mis discos... Y bien está. Así se hace sitio para las generaciones siguientes. Me estoy dando cuenta de que quizá estoy escribiendo mi epitafio. Como suele ocurrirme, me tomo atribuciones que no me corresponden. Al menos estoy levantando la mano en la clase de todos, lo que dada mi acentuada timidez, implica por mi parte poner un gran empeño. Pero no espero, como Nerón, un aplauso cuando caiga el telón. Ni creo, tampoco, que se oiga grito alguno solicitando al "Autor, autor..!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario