domingo, 1 de junio de 2025

El verano es la estación en que los bebederos de agua para perros y otros animales son más necesarios. Para los caninos de paseo recorriendo el barrio es un juego delicioso ir saltando de estación de abrevadero en estación de abrevadero. Generalmente a cargo de tiendas y comercios que se responsabilizan de más necesidades de sus clientes potenciales que las estrictamente comerciales. Lo que es muy de agradecer. Y de paso es un buen indicador de algunas virtudes, comerciales o no, de los tenderos del barrio. Los pájaros lo tienen algo más difícil pues no van acompañados de humano consumidor. Reconozco que hasta ahora no había dispensado una pequeña provisión de agua para ellos en mi balcón. Creo recordar ahora que alguna vez hice el experimento pero resultó fallido. No recuerdo muy bien por qué. Y lo vuelvo a intentar. Ya informaré de los resultados. Cada vez voy adquiriendo más hábitos de jubilado. No es mala cosa pues mi jubilación está próxima. A ver si sobrevivo algún tiempo, lo suficiente para ayudar a prosperar a alguna paloma, a algún gorrión y a alguna que otra planta. Porque los humanos saben disponer de mi, relativas, inocencia e ingenuidad dado que pertenezco a la misma especie que ellos y esa marca de mi personalidad conlleva que no compita mucho con mis personas próximas mientras comparto el nicho ecológico.

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